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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Psicoanálisis

En una carta del pasado 10 de abril en la que comenta el artículo de Eugenlo Trías Razón y superstición, Basilio Casanova afirma que "el psicoanálisis de ningún modo cierra las puertas a la trascendencia". Me permito recordar que en El porvenir de una ilusión es imposible dejar de leer que Freud no se hace muchas ilusiones, a pesar de su título. En el texto está bien claro lo que Freud opinaba sobre la trascendencia: "Sería muy conveniente dejar a Dios en sus divinos cielos y reconocer honradamente el origen puramente humano de los preceptos e instituciones de la civilización".Estoy de acuerdo con este leetór en que lo que está en juego en el Edipo es "el padre en tanto que realidad sagrada", pero no religiosa. Puesto que si no perdemos de vista que tanto en el mito de Edipo como en el de la horda primitiva de Tótem y tabú, como en la historia de Moisés, el Padre de que se trata es un Padre terrible, anterior a la Ley, que debe morir precisamente para que ésta pueda instaurarse. A lo que Freud llama "nostalgia del padre", esto es: la idea de la posibilidad de un Otro completo que suture una pérdida irreparable y que restituya un supuesto "estado anterior", es a lo que el señor Casanova llama "trascendencia".

En psicoanálisis, el mito es necesario para saber que no hay hogar paterno, que es sólo eso: un mito que nos recuerda la verdadera dimensión de nuestra carencia, cuya paradoja incesante puede hacernos deslizar fácilmente hacia un discurso religioso.

Habría que decir, entonces, que en el discurso psicoanalítico no hay lugar para la trascendencia.-

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