Díaz Zabala, líder tras una jornada de reflexión

La Vuelta Ciclista a España, cuyo nuevo líder es Herminio Díaz Zabala, vivió ayer una jornada de reflexión acerca de los profundos huecos que han dejado en la clasificación las dos primeras etapas, en las que el colectivo predominó. La lectura inicial da crédito a los corredores polivalentes, capaces de brillar o resistir tanto en los 102 kilómetros contrarreloj individual y llanos como en la cronoescalada de 24 de Valdezcaray, o en las otras cuatro llegadas en alto en apenas seis días. De quienes se encuentran confortablemente situados en la general, dos cumplen el requisito: el mexicano Raúl Alcalá y Marino Lejarreta.

La jornada de transición, de 234 kilómetros, entre Badajoz y Sevilla, reforzó las tesis de que la forma de disputar la Vuelta se está racionalizando y se redujo a un nuevo sprint masivo, en el que se impuso el danés Jesper Skibby, que relegó al alemán Uwe Raab, al que cerró la trayectoria junto a Alfonso Gutiérrez, que ocupó el tercer puesto. Herminio Díaz Zabala, con el mismo tiempo que Anselmo Fuerte, tuvo bastante con precederle en algunos puestos en la llegada para convertirse en el nuevo líder y cumplir las directrices del equipo ONCE, que domina y se permite el lujo de elegir entre su nómina al corredor que vista de amarillo.El cambio de líder, no obstante, es un mero dato anecdótico y existe un mayor interés por elucubrar sobre la situación de los favoritos. Nadie es tan temerario para descartar todavía a Fuerte, con nula reputación en las pruebas cronometradas individuales; a Miguel Induráin, al que aún no se le ha visto dominar una gran carrera por etapas, o incluso a Ruiz Cabestany, al que se le atraganta la montaña. El único que parece descartado es Laudelino Cubino, que ha perdido un tiempo considerable, al que puede sumarse el que acumule en las contrarreloj individuales.

"Las diferencias son abismales. Tal vez resulta que asistimos a un fenómeno como el de Bugno la pasada temporada o como el del Barcelona en la Liga de fútbol", reflexiona el director del Banesto, José Miguel Echávarri, "pero existe otra lectura: seis o siete equipos luchamos por lo mismo y nadie se va a conformar con esta situación". Echávarri opina que su jefe de filas, Induráin, ha perdido alrededor de 58 segundos más de los previstos, "pero queda mucho terreno por delante y nuestra desventaja se puede recuperar. Por el contrario, ahora podemos dedicarnos a controlar a uno sólo de los jefes de fila del ONCE, no voy a decir a cuál. Tal vez el hueso pueda ser Alcalá y lo demás puede quedarse en fuegos de artificio".

El mexicano, octavo en dos ocasiones en el Tour, inspira temor por haber añadido un excelente palmarés en las pruebas contrarreloj a sus inicios como un consumado escalador. En la última edición de la carrera francesa, por ejemplo, se adjudicó la de 61 kilómetros y aventajó en 1.24 minutos a Induráin. Alcalá ha sido el único que ha desmentido el acostumbrado desinterés de las pocas figuras extranjeras que acuden a la carrera española, puesto que, precisamente, en las contrarreloj por equipos era donde presumiblemente podían brillar el Buckler, el Panasonic o el TVM, holandeses, e incluso el Carrera y el Gatorade, italianos, y el Tulip, belga, mientras que los colombianos Luis Herrera, Álvaro Mejía, Oliverio Rincón o Fabio Parra han perdido un considerable tiempo como para temer sus ataques en la montaña.

Por su parte, Manuel Sáiz, el director del ONCE, confía en controlar la carrera sin un excesivo desgaste de fuerzas en una primera semana llana.