_
_
_
_

Los partidos del Ulster intentan recuperar la paz y el autogobierno

R. M. DE RITUERTO Los partidos políticos norirlandeses dieron ayer en Belfast los primeros pasos para intentar acabar con el letal estancamiento del conflicto de la provincia, que ha costado casi 3.000 vidas en los últimos 22 años. Por primera vez en década y media, nacionalistas (católicos) y unionistas (protestantes) están dispuestos a discutir una agenda sin condiciones previas con el objetivo de recuperar la paz y el autogobierno para Irlanda del Norte.

El millón y medio de norirlandeses, agotados por la constante sangría que sufre la provincia, reprimen su esperanza ante esta ronda de discusiones, calificada de histórica, tras demasiadas oportunidades en que la confianza se ha visto frustrada. Sin embargo, algo se mueve en la provincia. Lo demuestra el hecho de que los unionistas hayan aceptado sentarse a la mesa con los nacionalistas. Peter Brooke, el ministro para Irlanda del Norte, ha sido el principal artífice de ello, con 15 meses de paciente discusión con católicos, protestantes y Dublín.

Brooke recibió ayer por la mañana en Stormont, el antiguo Parlamento provincial, a una delegación del Partido Social Demócrata y Laborista (SDLP, católico) y por la tarde a otra del Partido Alianza (interconfesional) para discutir los términos de las futuras negociaciones. El viernes será el turno de los dos partidos protestantes. Para más adelante, y una vez que nacionalistas y unionistas hayan avanzado conjuntamente en sus discusiones, está previsto que se sume Dublín al proceso negociador, primera ocasión desde la división de la isla, hace 70 años, en que los unionistas aceptarán compartir mesa con Eire

Tres bandas

Estas conversaciones a tres bandas -primero entre los partidos norirlandeses, luego entre ellos y Dublín y más tarde entre los Gobiernos irlandés y británico- se espera que den algún fruto en un plazo de 10 semanas. Lo que se confía obtener son las líneas generales para el establecimiento de una nueva forma de autogobierno en la provincia, con la consiguiente reducción de la absoluta influencia que hoy ejerce Londres, y un nuevo acuerdo anglo-irlandés acompañado de la promesa irlandesa de eliminar la premisa constitucional que habla de una Irlanda unida.

Los unionistas norirlandeses (dos tercios de la población de la provincia) objetan el compartir el poder que desean los nacionalistas (el tercio restante), pero ya se habla, a modo indicativo, de buscar una solución de compromiso por la que los católicos estarían representados en determinados organismos del Gobierno.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

El Sinn Fein, brazo político del IRA, ha sido excluido de las negociaciones por su apoyo a la violencia. Los grupos terroristas protestantes han declarado una tregua durante las conversaciones, y el IRA ha replicado que no atacará a protestantes civiles si se mantiene ese alto el fuego, pero que seguirá atentando contra las fuerzas de seguridad.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_