Familias diferentes
Lord Rae, criado por lesbianas, sorprende a Inglaterra al defender este tipo de educación
La decisión de una pareja de lesbianas de San Sebastián de tener un hijo por inseminación artificial para crear "una familia completa" ha puesto sobre el tapete el nacimiento en España de nuevos tipos de familia distintos a los tradicionales. Al menos otras tres parejas de españolas les han precedido en su resolución. Tere y Paloma no recurrieron a la técnica; educan a los dos hijos habidos de una relación heterosexual anterior. Es el caso del médico. Inglés lord Rae, que sorprendió a su país confesando públicamente que había sido educado por su madre y una amiga, en medio de una atmósfera "exenta de conflictos".
Tere tiene dos hijos, un niño de 12 años y una niña de nueve, fruto de una relación heterosexual. Tanto ella como Paloma, ambas de 33 años y desde hace nueve manteniendo una relación estable de pareja, aseguran que nunca les preguntaron nada acerca de su comportamiento. "Lo ven como algo natural, y nosotras no se lo hemos ocultado", explican. Si acaso mostraron extrañeza algunos compañeros de colegio ante las muestras de cariño de las dos mujeres. "Oye, ¡que las mujeres no se besan!", les hacían ver. "Pues éstas, todos los días. ¿Por qué no? Se quieren", narra Tere que contestaba con soltura su hijo.Teresa no cree en los llamados instintos maternal y paternal. Los dos pequeños ven regularmente a su padre, quien, por cierto, no interfiere en las relaciones de las dos mujeres. Paloma les quiere como si fueran suyos. "Mi comportamiento es como éI de Tere, incluso a veces les riño más". Ambas trabajan fuera de casa, una como maestra y otra en el sector de artes gráficas, y se turnan para cuidar a los pequeños. "No creo que nuestra relación les vaya a inarcar", dice Tere, "si acaso, les abrirá más la ,mente para aceptar que hay otras formas de amar en la vida". Paloma corrobora: "Se darán cuenta de que el amor es independiente del sexo".
La gran contradicción para Paloma es que siente a los niños como si fueran suyos, "y al mismo tiempo sé que no lo son". Y se pregunta qué sucedería si a Tere le pasara algo y ella pierde toda posibilidad de mantener la relación con ellos, ya que la ley no le permite ejercer sobre los niños ningún tipo de derecho.
La dificultad legal para las lesbianas que quieran reconocer o adoptar un hijo de la pareja le parece injusto a Paloma, "porque cualquier mujer puede tener un hijo y nadie le pide que acredite estar preparada para educarle. Luego vemos a los niños abandonados y en los centros de acogida", se lamenta. Para estas mujeres, las familias constituidas por lesbianas han existido siempre y en todos los estratos sociales.
Ése es el caso de lord Rea, un médico inglés sexagenarlo y padre de cuatro hijos, que sorprendía recientemente a su país, en medio del debate sobre adopción de menores por parejas homosexuales, con la singularidad de su ambiente familiar.
Lord Rea creció educado por la pareja lesbiana formada por su madre y una amiga. "Creo que la objeción a que las parejas homosexuales cuiden niños es producto de los prejuicios antigay. Si es una relación estable y quieren educar niños, habría que comprobar que existe estabilidad y cariño, lo mismo que se hace con las parejas heterosexuales", declaró Rea a The Times.
Sin conflictos
Los padres de Rea, James y Betty, se separaron cuando él tenía seis años, por incompatibilidad sexual y de caracteres. Tres años después, Betty, que se hizo cargo de sus dos hijos, se fue a vivir con una amiga, y Rea recuerda una atmósfera familiar exenta de conflictos. "Mi madre siguió en el papel de cocinera y ama de casa, y Fran llevaba los pantalones", dice. En los treinta "había mucha experimentación vital" en un ambiente de ingenuidad. Lord Rea no fue nunca objeto de chanzas o de chismorreos en el colegio, y cree que la gente consideraba la relación de su madre "más como una curiosidad que como algo a denigrar".La pareja nunca hizo alardes públicos o privados de su sexualidad, y Rea jamás sintió tendencias homosexuales. A veces echa de menos el haber crecido sin un padre fuerte, pero no es un vacío grave. "Una pareja lesbiana equilibrada puede constituir un excelente hogar para los hijos en la medida en que se les deje desarrollar su propia orientación sexual", sostiene.
Psicólogos y pedagogos no se ponen de acuerdo sobre las implicaciones de crecer en un ambiente homosexual. Richard Whitfield, profesor de la Universidad de Aston, escribe en la revista Community Care que la "discriminación es completamente adecuada cuando se trata de decisiones públicas sobre una alternativa a los padres", y otros insisten en que el entorno homosexual de Rea se produjo cuando ya había pasado la edad crítica de los primeros años.
"Deberíamos dejar de considerar a todas las parejas hornosexuales como Iguales", dice Susan Golombok, profesora de la Universidad de Londres. "Hay muchas diferencias, como en los hogares heterosexuales". Golombok señala que no se ha investigado suficientemente sobre el caso ni hay pruebas concluyentes en uno u otro sentido.
"Las políticas de igualdad de derechos de los homosexuales no se aplican a los servicios de adopción", mantenía el Gobierno británico en una cláusula sobre directrices de adopción. Más de 70 cartas de organizaciones e individuos le han forzado a suprimir esas palabras, pero el rechazo implícito a la adopción de menores por parejas homosexuales queda reflejado en el mantenimiento de otra sección de la misma ley: "El estilo de vida de algunos adultos puede significar que sean incapaces de proporcionar un entorno adecuado para la atención y crianza del niño".
Graham Nicholas, presidente de una organización de funcionarlos homosexuales de Londres, es optimista con las nuevas normas sobre adopción: "El cambio es una señal de que prejuicios e intolerancia no deben imponerse al sentido común".
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