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28 gasolineras abren durante la huelga en la Comunidad

Las colas en las gasolineras crecieron ayer a pesar de que 28 gasolineras de la región cumplirán los servicios mínimos durante la huelga que ha comenzado hoy y durará hasta el jueves. La pscosis de afrontar la situación con el depósito lleno dejó secos muchos surtidores y sin cambio a las estaciones de servicio. La mayoría de los conductores parecían entender mejor el derecho a la huelga que la intención de colarse de otros ciudadanos. Diversos incidentes verbales tuvieron lugar entre los madrileños, que durante el próximo puente llegarán tan lejos como el depósito de su coche les permita.

Enrique, a bordo de un Audi 100, calculaba que con los 80 litros que iba a poner podrá hacer de 500 a 600 kilómetros, "a la vuelta del puente ya no habrá huelga". Justo detrás de él, una pareja esperaba su turno: "Habíamos quedado para ir al cine y nos lo vamos a perder por venir a repostar".El empleado de la gasolinera de Barajas considera que la huelga ha vuelto loco al personal: "Vienen como si se acabara el mundo; ni siquiera se interesan por la lista de servicios mínimos que nos incluye". Y es que, además de las 28 gasolineras, la huelga no afecta a los surtidores de Campsa. Las colas duraban ayer de 45 minutos a algo más de una hora, y algunos conductores se mostraban molestos con las medidas de presión, como el administrativo Juan Francisco, de 26 años, que decía: "Yo no tengo la culpa de que les paguen menos" A argumentos como éste, otro empleado de gasolinera contestaba: "A los que no comprenden la huelga les aconsejo que coman piedras con su familia si las pueden pagar con 70,000 pesetas". La familia de un abogado había decidido desperdiciar un par de horas de su día de fiesta para tratar de conseguir gasolina; los niños, como los del resto de los coches, esperaban aburridos.Una chica, recostada en el asiento del copiloto, bostezaba. "Iremos a Segovia en el puente", decía su novio, un ingeniero llamado Antonio; "allí hay, muchas gasolineras pequeñas que las trabajan los dueños". La obsesión por llenar hasta la última gota acababa con los cambios y con los miles litros que se almacenan en las estaciones de servicio. "Ahora se pagan muchos picos; no ponen un precio exacto", decía un empleado. El jueves, con el fin de la protesta, la normalidad volverá a los alrededores de las gasolineras.

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