Yeltsin viaja a Kuzbás para convencer a los mineros de que depongan la huelga

Borís Yeltsin, líder de la Federación Rusa, viaja mañana a Kuzbás, la mayor cuenca carbonífera rusa, para reunirse con los mineros en huelga hace ya casi dos meses. Anteriormente, Yeltsin había dicho a los parlamentarios rusos que tenía preparado un documento que permitiría terminar "dignamente" con las huelgas.

Oficialmente, el viaje lo realiza atendiendo a una petición de los mineros, que desean escuchar de boca de su propio líder los alcances de la declaración de los diez, como se conoce en la URRS el acuerdo a que llegaron el martes el presidente Mijaíl Gorbachov con dirigentes de las nueve repúblicas soviéticas en las que se realizó el pasado marzo el referéndum sobre el futuro de la Unión.Durante este viaje se da por seguro que los mineros decidan volver al trabajo, como se les pide en el citado acuerdo de los diez. Los huelguistas, como ha dicho el dirigente obrero Nikolái Volkov, se han negado a terminar el paro si Yeltsin personalmente no se lo pide. Además, se espera que Yeltsin aproveche la ocasión para anunciar que las minas de esta cuenca siberiana dejan de depender del centro y pasan a. jurisdicción rusa. El primer ministro soviético, Valentín Pávlov, ha dicho que su Gobierno no se opone a la transferencia de las minas.

Es fundamental que los mineros terminen la huelga antes del primero de mayo, pues Gorbachov ya ha anunciado que inmediatamente después del Día del Trabajo promulgará un decreto imponiendo "un régimen de trabajo especialmente estricto" en una serie de ramas clave de la economía, entre las que indudablemente se encontrará la industria de extracción de minerales. Este régimen especial figura entre los acuerdos de la declaración de los diez y, por tanto, cuenta con el respaldo de Yeltsin. Los conservadores del grupo Soyuz pedían que se estableciera el estado de excepción en todo el país, pero los dirigentes soviéticos han preferido limitar las medidas duras a las empresas vitales para el funcionamiento de la economía.

Por otra parte, el Parlamento de Georgia -república caucasiana que no desea permanecer en la URSS y que se declaró independiente a principios de mes- votó unánimemente ayer a favor de dividir la exprovincia autónoma de Osetia del Sur en dos distritos que pasan a ser absorbidos por las regiones vecinas.

Osetia del Sur perdió su autonomía en diciembre del año pasado, por decisión del Parlamento georgiano, y desde entonces en esa región se libra una verdadera guerra civil entre osetios y georgianos. Según el diputado de la URSS y copresidente del grupo Soyuz, Anatoli Chejóyev, en esta guerra ya han muerto unas 200 personas. El número oficial de víctimas es, sin embargo, de 50. Éste es el primer paso concreto por parte de las autoridades independentistas para poner bajo un control real Samochablo, como llaman los georgianos a Osetia del Sur. Los osetios no comparten las aspiraciones independentistas del lícler georgiano Zviad Gamsajurida y desean seguir formando parte de la URSS y en lo posible unirse con Osetia del Norte, república autónoma en territorio de la Federación Rusa.

En estos momentos la decisión del Parlamento georgiano no pasa de ser un acto simbólico, pues la región en disputa está controlada por tropas del Ministerio del Interior de la URSS.