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Industria intenta asegurar el gas natural como base fundamental del nuevo Plan Energético

Miguel Ángel Noceda

El ministro de Industria, Claudio Aranzadi, celebrará el próximo martes en Madrid una reunión con sus homólogos de Argelia y Marruecos; en la que como objetivo básico se tratará de conseguir un acuerdo que asegure la construcción del gasoducto que conecte los tres países. Este logro supondrá una garantía definitiva para contar con gas natural suficiente y poder presentar un nuevo Plan Energético Nacional (PEN) en el que las posibilidades de que se incorpore nueva energía nuclear -y en concreto la central de Valdecaballeros- al parque eléctrico quedan muy reducidas.

La cumbre de Madrid, a la que asistirá, por parte argelina, Sadek Boussería -también presidente de la OPEP- y, por parte marroquí, Moulay Alaorni, coincide con un mornento de marejada interna en el PSOE, en que la cuestión nuclear ocupa un lugar de primer plano. En los últimos días se ha producido la amenaza de dimisión del presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez lbarra, en caso de que se abra la central nuclear de Valdecaballeros, y la manifestación a favor de mantener la moratoria nuclear por parte del grupo parlameritario socialista. Las dos cuestiones han calentado el ambiente ante la inminente revisión del PEN, aunque los responsables de realizarla -el Ministerio de Industria- han preferido rriantenerse callados.Las relaciones entre los dos países magreíes y España han sido muy estrechas, aunque durante los meses que duró la guerra del Golfo pasaron por momentos delicados por la posición que mantuvieron cada uno de ellos. Precisamente, durante ese periodo representantes españoles -principalmente, el secretario general de la Energía, Ramón Pérez Simarro, y el presidente de Enagas, Juan Badosa- se trasladaron en varias ocasiones a esos países, por lo que ha permanecido el hilo de unión, de rríanera que en ningún momento se ha perdido la convicción de que la construcción del gasoducto no corría peligro. De todos modos, todavía queda por cerrar el acuerdo

y eso es lo que se tratará de amarrar el próximo martes.El previsto gasoducto norteafricano, cuya iniciativa data de septiembre de 1989, tiene una longitud de 1.250 kIlórnetros desde los yacimientos argelinos de Hassi R'mel hasta Sevilla. La inversión estimacla asciende a 1.300 millones de dólares (unos 140.000 millones de pesetas), de los que entre 900 y 1.000 millones los pagarían entre España y Marruecos. Tanto con este país como con Argelia, el Instituto Nacional de Hidrocarburos (INH), propietario de Repsol y Enagas, tiene compromisos de colaboración.

El contrato que se espei a firmar es a 25 años y supone que España pueda aumentar, en una primera fase, de los 20.000 millones de termias actuales hasta 50.000 millones de termías el suministro que recibe de Argelia, con la garantía adicional de que lo va a recibir por conducto firme y no va a depender del transporte marítimo, como ahora. Además, a más largo plazo, la extensión del gasoducto permitirá enlazar con el resto de países europeos a través del gasoducto que entrará en España por los Piríneos desde el momento en que empiece a llegar gas noruego, previsto para 1993, lo que da mayor importancia al enlace.

Potencia necesaria

El suministro de gas mencionado -al que hay que añadir el de Noruega, el de Libia, el que se acaba de asegurar con Nigería por 5.000 millones de termías anuales a partir de 1995 y el posible enlace con gas soviético sobre el que Aranzadi firmó un protocolo en la visita a España de Gorbachov- permite a los responsables energéticos españoles aventurar un Futuro energético basado en el gas como fuente principal.

Según las previsiones que maneja Industria, el suministro de gas puede aseguirar una potencia entre 2.500 y, 3.000 megavatios para el futuro parque eléctrico. Esta cantidad viene a suponer el 40% de las necesidades que se prevén para los años que van de 1995 al 2003.

Según esas previsiones, España necesitará alrededor de 7.000 megavatios de potencia para el período comentado. Aunque el asegurarse el suministro de gas natural no significa per se que se deseche definitivamente nueva energía nuclear, lo cierto es que queda menos margen que cubrir.

Y además se cuenta con otros tipos de energía como el carbón de importación (se prevé que pueda cubrir hasta 2.000 megavatios); energías renovables (alrededor de 500 magavatios) y energía iriportada de Francia (existe un contrato para 1.000 megavatios que puede ser ampliado a 2.000, a pesar de que en este país, tradicional exportador de energía, se considera que empezará a haber carencias a partir de 1996).

En el horizonte del año 2000, según las previsiones, se contempla que el consumo de Plas natural se eleve a 120.000 millones de termías (10.000 termias suponen una tonelada equivalente de petróleo) frente a los algo más de 50.000 millones de 1990.

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Sobre la firma

Miguel Ángel Noceda
Corresponsal económico de EL PAÍS, en el que cumple ya 32 años y fue redactor-jefe de Economía durante 13. Es autor de los libros Radiografía del Empresariado Español y La Economía de la Democracia, este junto a los exministros Solchaga, Solbes y De Guindos. Recibió el premio de Periodismo Económico de la Asociación de Periodistas Europeos.

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