Yugoslavia inicia la reforma económica con una fuerte devaluación del dinar
El primer ministro yugoslavo, Ante Markovic, cuya cabeza piden los dirigentes de varias repúblicas yugoslavas, jugó el viernes por la tarde su última carta: prometió asegurar más de 5.000 millones de dólares de dinero fresco de las fuentes financieras occidentales si el Parlamento federal aprueba sus nuevas medidas económicas. Estas medidas suponen orden y coordinación en la política monetaria, crediticia, bancaria, financiación de la federación, control del gasto público y de los salarios.
Presionado por la ineficiencia de la industria exportadora yugoslava y la reiniciada inflación, Markovic devaluó el dinar yugoslavo en un 44%, manteniendo siempre la paridad fija con el marco alemán.El primer ministro prometió reabrir el mercado de divisas, es decir, reintroducir la convertibilidad del dinar, suspendida hace algunos meses por el enorme crecimiento del gasto público y de los salarios, que el viernes superó 5.400 millones de dólares previstos. La inflación para 1991 está prevista entre un 60% y 70%. En el periodo en que los salarios aumentaban desproporcionadamente, la producción industrial caía mensualmente: en los primeros tres meses de este año decreció más de un 25%.
Aunque todos los partidos políticos que compitieron en las elecciones en las seis repúblicas yugoslavas (las elecciones federales no se han convocado) prometieran la introducción del mercado libre y la privatización, una vez llegados al poder el proceso de la privatización se ha frenado.
Comprando la paz social distribuyendo los salarios entre los empleados de las fábricas insolventes y en quiebra los líderes nacionalistas republicanos gastaron sus fondos y literalmente vaciaron los bancos. Para mantener a flote la enorme burocracia, recurrieron a nuevos impuestos a las empobrecidas empresas. En Serbia esta medida provocó la semana pasada una huelga de 700.000 obreros y el Gobierno se vio obligado a abandonar su nueva política Fiscal.
Política monetaria
Markovic, cuyo Gobierno tiene competencias sumamente limitadas, sólo lograba controlar la política monetaria o crediticia, al no permitir el crecimiento incontrolado de la masa monetaria, y de esta manera creó una absoluta ausencia de liquidez en la economía. Cada república buscó su solución (aranceles internos, boicoteo de productos de otras repúblicas, la impresión de la moneda) a la vez que Eslovenia creó su propio sistema de divisas y planea la introducción de su moneda. En ausencia de los programas económicos, las pasiones nacionalistas separatistas se ofrecían como un sustituto a los cambios en la economía, y de ahí que la reforma iniciada en 1989 se detuvo completamente.
La semana próxima, el Parlamento federal votará su nuevo paquete de leyes, que presupone la obtención de las competencias del Gobierno federal para gobernar el país y controlar la reforma económica.
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