Andreotti decide hoy con los partidos aliados si se abre una crisis de gobierno

El presidente del Consejo de Ministros, Giulio Andreotti, se reúne hoy con cinco secretarios de los partidos que sostienen el Gabinete (democristianos, socialistas, republicanos, socialdemócratas y liberales) para buscar una salida a la actual situación política en Italia, que puede llevar a una nueva crisis de gobierno y a elecciones anticipadas esta primavera.

La situación política italiana nunca estuvo tan tensa en los últimos años, porque ahora es la primera vez que la tensión puede llevar a una crisis institucional. Todos temen este panorama, que incluye una presidencia de la República zarandeada, unas Ligas regionales extremistas, que empujan con fuerza, un cuadro económico preocupante y la ausencia de un partido comunista, que hacía de contrapeso hasta el momento de su transformación en Partido Democrático de la Izquierda (PDS).Eugenio Scalfari, director del periódico La Repubblica escribió ayer que en toda su carrera periodística nunca ha visto un "circo como éste" y denunció la existencia de lo que denomina un "partido Cossiga-Craxi". El pasado martes, mientras el presidente italiano, el democristiano Francesco Cossiga, daba la luz verde para que continuase el actual Gobierno de Andreotti con un simple "reajuste ministerial, los socialistas encabezados por Bettino Craxi -que habían aplaudido y defendido a Cossiga hasta aquel momento- se mofaban del "reajuste" y pedían que se abriera una verdadera crisis de Gobierno. De ahí que se hable de doble juego entre socialistas y presidencia de la Republica para ir a la crisis.

Pero Andreotti no dimitió y a modo de respuesta convocó para hoy a los cinco secretarios de los partidos que integran el Gabinete, para presentarles un nuevo programa de Gobierno.

El primer ministro, según algunos observadores, puede pensar que los socialistas esgrimen el argumento de la crisis gubernamental para obtener a última hora una buena tajada política, por ejemplo que se decida la elección directa del jefe de Estado, algo que piden desde hace años y a lo cual los democristianos se niegan categóricamente. A cambio, Craxi dejaría a Andreotti en su puesto de presidente del Gobierno.