La auditoría misteriosa
Los auditores José Parras y José Manuel García dieron ayer un nuevo plantón al juez Ángel Márquez y no presentaron el anunciado informe económico sobre el coste de utilización del despacho oficial del asistente Juan Guerra entre 1982 y 1989.
Márquez, que hoy saldrá vestido de nazareno en la cofradía de San Bernardo, la misma a la que pertenecieron los hermanos Guerra, Alfonso incluido, se mostró desconcertado por las informaciones surgidas sobre la auditoría, y explicó: "Me parece muy extraño que el informe de los auditores acuse a nadie de nada; no tendría validez si ello fuera así". "En cualquier caso" añadió el juez, "mi decisión sobre el uso del despacho está tomada, y poco puede influir el resultado de la auditoría".
Los letrados de la acusación particular, Emilio Lechuga, del Partido Andalucista, y Manuel Fernández del Pozo, de Izquierda Unida, participaron ayer en un almuerzo con los periodistas que siguen el caso para celebrar un año de diligencias.
El punto crucial
Fernández del Pozo declaró que la auditoría será importante porque "determinará la cuantía de lo defraudado". Lechuga, por su parte, dijo que "ya se ha llegado al punto crucial del caso: la implicación de Alfonso Guerra". Ambos soplaron fuerte sobre las velas colocadas en sus respectivos trozos de tarta para celebrar el primer aniversario del caso Guerra.Fernández del Pozo añadió ayer en los juzgados sevillanos que "se han malogrado actuaciones judiciales por el exceso de publicidad del caso y se ha perjudicado a mucha gente con algunas informaciones". Sobre las Filtraciones de documentos a los medios de comunicación, el abogado de IU dijo: "El Fiscal Alfredo Flores ha protestado en varias ocasiones por la difusión de datos incluidos en el sumario".
