Auge del contrabando entre Turquía e Irak
Hasan Aga posee un pequeño ejército de mulas, conduce un viejo Mercedes abollado y se perfuma el pelo. El y otros contrabandistas turcos hacen su agosto desde que las Naciones Unidas decretaron, precisamente en ese mes de 1990, el embargo económico contra Irak. En la frontera existe desde entonces un intenso intercambio ilegal de mercancías que escasean en el país derrotado."Es una tarea muy peligrosa", cuenta Aga, uno de los contrabandistas, pero somos gente valiente y nos gustan los negocios arriesgados". El hombre de negocios enciende un cigarrillo con un ostentoso mechero de oro y vigila la calle a través de la ventana de su despacho para asegurarse de que nadie lo pueda escuchar. Su desvencijada oficina en este olvidado lugar de Turquía queda a unos pocos kilómetros de la frontera.
"Te subes a esos montes de ahí y puedes hacer negocios con los iraquíes", dice Aga. Los encargos son rápidamente ejecutados. "Me han pedido una tonelada y media de arroz. A más tardar, mañana la tendrán".
.Aga, que no quiere decir su nombre verdadero, es uno de cientos de contrabandistas en el sureste de Turquía cuya actividad ha experimentado un verdadero boom desde el embargo de la ONU.
El Gobierno turco hizo todo lo que pudo para aplicar las sanciones, cortando el oleoducto procedente de Irak e interrumpiendo el tráfico comercial con el país árabe. Sin embargo, el contrabando entre los dos países nunca se pudo eliminar completamente.
"La región fronteriza es escarpada e inaccesible. Además, la gente esta acostumbrada a ir y venir de Irak", explica Hayri Kozakcioglu, el gobernador de la región del sureste turco. "El contrabando a pie, a través de las montañas fronterizas entre nuestros países, existe desde hace años".
Aga asegura que el contrabando ha jugado siempre un papel importante en esta región pobre de Turquía. "Todos los pueblos fronterizos están en el negocio del contrabando. Es un factor muy importante en la zona y por eso Ankara cierra los ojos.
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