Japón estudia enviar dragaminas al Golfo
Japón trata de recuperar el prestigio diplomático perdido durante la crisis del golfo Pérsico y con tal fin baraja entre otras acciones la posibilidad de enviar dragaminas a la zona y de formular una iniciativa que condicione la ayuda económica a los países en desarrollo al control de armamento.El primer ministro, Toshiki Kaifu, declaró ayer que la colaboración naval en la limpieza del Golfo no significaría una violación a la Constitución no intervencionista japonesa. La idea está todavía en el aire y no es de descartar que quede archivada como ha ocurrido otras veces con proyectos internacionales si no existe un amplio consenso al respecto de las fuerzas políticas y de la opinión pública.
El presidente norteamericano, George Bush, se lo propuso a Kaifu en agosto al poco de la invasión iraquí de Kuwait. Un dirigente del gobernante Partido Liberal aseguró a los dos partidos centristas que respaldan la actual política del Gobierno que EE UU había vuelto a reiterar la petición ahora que ha terminado la guerra, pero que el Ministerio de Asuntos Exteriores prefería que no se supiera que la propuesta venía de Washington. Kaifu lo desmintió en el Parlamento.
El Gobierno sostiene que no resultaría anticonstitucional el envío en estos momentos de barcos dragaminas porque no se trataría de ninguna misión de combate una vez que el conflicto ha terminado. El ex primer ministro Yasuhiro Nakasone ya lo intentó sin éxito en 1987 durante la guerra entre Irán e Irak. Alemania, que tiene limitaciones constitucionales muy semejantes a las de Japón, ha decidido enviar dragaminas al Golfo.
La Marina japonesa posee dos flotas de 41 dragaminas apoyados por helicópteros, unidades auxiliares y barcos nodriza. Japón pasa por ser uno de los países mejor dotado porque tuvo que realizar la limpieza de sus aguas Infestadas como estaban de cargas explosivas después de la II Guerra Mundial.
Por otra parte, Kaifu ha anunciado esta semana que Japón organizará el próximo mayo, en Tokio, una conferencia gubernamental internacional sobre control y reducción de armamento, auspiciada por la ONU, a la que piensa invitar a expertos y representantes oficiales de diversos países.
Kaifu, a quien muchos critican de no haber sido capaz de que Japón tuviera un papel más preponderante en la crisis, dijo en una entrevista con la cadena pública de televisión NHK que una de las lecciones importantes de la guerra es la de estrechar al máximo la vigilancia en las exportaciones militares.
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