La huelga general paraliza Argelia dos días a pesar del boicoteo integrista
Argelia ha permanecido prácticamente paralizada durante dos días como consecuencia de una huelga general convocada por la Unión General de Trabajadores Argelinos (UGTA), vinculada al Frente de Liberación Nacional (FLN, en el poder), en protesta por el incesante incremento del coste de la vida. La huelga, que ha paralizado al 90% de los trabajadores industriales, según los convocantes, ha sido boicoteada por el Sindicato Islamista, próximo al partido integrista Frente Islámico de Salvación (FIS).Argelia ha vivido los días 12 y 13 de marzo la primera huelga general desde su independencia -5 de julio de 1962- para protestar por el incremento del coste de la vida. La convocatoria ha sido efectuada por la principal central sindical del país, la UGTA, vinculada a las estructuras del ex partido único FLN, lo que ha sido interpretado en medios gubernamentales como un reto a la política de reformas y democratización iniciada por el presidente, Chadli Benyedid.
La huelga general, vivida sin incidentes de importancia, ha afectado especialmente a los centros estatales. Sin embargo, no se notó en las calles, ya que los pequeños comerciantes abrieron sus puertas y la central convocante ordenó a sus afiliados permanecer en sus puestos de trabajo para evitar conflictos.
Pero la huelga general ha reabierto el debate interno argelino y ha agudizado alguna de las polémicas arrinconadas en los últimos meses como consecuencia de la guerra del Golfo. La primera polémica reavivada es la protagonizada por el Sindicato Islamista que ha acusado al Gobierno y al FLN de crear una situación de inestabilidad social para poder así aplazar la convocatoria de las elecciones generales, que en principio no tienen fecha, pero que deberían realizarse el próximo mes de junio. Por ello, el sindicato integrista ha boicoteado la huelga.
Reformas económicas
La huelga ha abierto una segunda polémica, entre el primer ministro del Gobierno, Mulud Hamruche, y la Asamblea Popular Nacional, dominada por los militantes del viejo aparato del FLN, quienes acusan al Gobierno de haber fracasado en su política de reformas económicas y reclaman el retorno a los antiguos esquemas. Mulud Hamruche declaró que pensaba proseguir con su política económica y con su Gabinete ministerial.Argelia arrastra una deuda exterior de 25.000 millones de dólares, mal estructurada, ya que el 70% es exigible a corto y medio plazo, mientras la inseguridad planea en el mercado de los hidrocarburos, del que depende el 97% de sus exportaciones.
El poder adquisitivo de los trabajadores ha disminuido, por lo que los sindicatos reivindican que se duplique el salarlo mínimo, establecido en 2.000 dirhams (unas 25.000 pesetas). El Gabinete de Hamruche intenta, mientras, abrir el país a la economía de mercado y la inversión internacional.
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