Coleccionar tópicos
Un sonido infecto, abundante cuero con tachuelas, rock duro aceptable y baladas soporíferas, el Palacio de los Deportes de Madrid abarrotado y alrededor de 13.000 personas vibrando de principio a fin. La colección de tópicos heavy se mostraba en todo su esplendor, en un concierto maratón marcado por una sonoridad insultante.Los veteranos Judas Priest se presentaron ante el público de Madrid con rigurosa puntualidad. El escenario de ciencia-ficción vomitó niebla artificial a las diez en punto de la noche. Una potente motocicleta, conducida por el cantante de la banda, rugió a pocos metros del público. Fue el sonido más nítido y fácil de identificar del concierto. Inmediatamente después vino el estruendo, una amalgama de instrumentación desbocada que no pudo ser domada por los técnicos de sonido en ningún momento. El bajo sólo existió como un zumbido; la batería, concretamente el bombo, fue un molesto martilleo; las guitarras y la voz, afortunadamente, fueron aclarándose con el paso de los minutos.
Judas Priest
Judas Priest. Rob Halford (voz), Ken K. K. Downing (guitarra), Glen Tipton (guitarra), lan Hill (bajo) y Scott Travis (batería). Actuación previa de los grupos Pantera y Annihilator. Precio: 2.500 pesetas. Aforo: 13.000 personas. Madrid, 10 de marzo. Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid.
La gente del heavy, público fiel como pocos, se entregó en la primera canción y convirtió el recital en una auténtica fiesta. En 70 minutos desgranaron 14 canciones, incluida la que da título a su último elepé, Painkiller. Como propina, lo mejor de la noche: sendas versiones de Breaking the law y Living after midnight.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.