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Los distintos sectores del PSOE aspiran al cargo de ministro coordinador entre Gobierno y partido

Anabel Díez

Los distintos sectores del PSOE quieren asegurarse la coordinación entre el Gobierno, el grupo parlamentario y el partido, que será la clave para conocer si Felipe González es o no sensible a lo intereses de la fuerza política que dirige, según interpretación del aparato socialista. Portavoces del PSOE creen que el ministro de Relaciones con las Cortes, Virgilio Zapatero, tiene muchas posibilidades de seguir en ese puesto. Mientras, otras destacadas figuras del partido apuestan por el actual titular del Ministerio para las Administraciones Publicas, Joaquín Almunia.

La posibilidad de que Virgilio Zapatero, considerado guerrista, pero de absoluta lealtad al presidente del Gobierno, continuará en su puesto, ha tomado cuerpo en los últimos días después de las conversaciones mantenidas entre el vicesecretario general del PSOE, Alfonso Guerra, y el presidente, si bien el interesado niega tener información al respecto.Lo cierto es que en las últimas semanas tanto a Virgilio Zapatero como a otros ministros del sector guerrista se les daba como salientes y, además, se consideraba que las funciones de ese ministerio se iban a desgajar en otras áreas. La importancia de este cargo reside en que sirve de punto de coordinación entre Gobierno, partido y grupo parlamentario y, además, lleva consigo el contacto permanente con el presidente del Ejecutivo.

Hasta ahora, la coordinación se centraba en las siguientes personas: Alfonso Guerra, quien desde la vicepresidencia del Gobierno tenía informado al partido de toda acción gubernamental; su transmisión al grupo parlamentario a través de Virgilio Zapatero, y la concreción en la tarea legislativa a cargo del presidente del grupo, Eduardo Martín Toval. Cualquiera de estos interlocutores, a su vez, mantenía la relación con el secretario de organización del PSOE, Txiki Benegas. Desde la salida del Gobierno de Alfonso Guerra el procedimiento sigue siendo el mismo, aunque en el ámbito del Gobierno el despacho se produce entre el presidente y el ministro de Relaciones con las Cortes, Virgilio Zapatero.

Los temores

Tanto en el Grupo Parlamentario Socialista como en el partido la preocupación está en quién será la persona, una vez fuera del Gobierno el vicepresidente Alfonso Guerra, que le sustituya en el papel de coordinador.La "autoridad moral" de Guerra en el partido y el grupo parlamentario impedía que determinadas medidas que no fueran del agrado mayoritario se acatasen sin objeciones.

Aunque el lenguaje se ha moderado en los últimos tiempos, los temores en el partido y en él grupo parlamentario a los cambios se reflejaron en la rotunda frase que dijera nada más dimitir Guerra el presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, quien dijo estar atento a la nueva composición del Gobierno, no fuera a ser que en ese ámbito resultaran ganadores "los que perdieron el Congreso".

Este lenguaje belicoso ha desaparecido en los últimos días, pero desde el aparato del PSOE se asegura que el presidente del Gobierno, Felipe González, "nunca hará un reajuste en contra del partido".

Hasta ayer el presidente no había empezado la ronda de conversaciones con los ministros que cesarán en sus cargos ni tampoco con quienes van a continuar en el Gobierno, aunque cambien de cartera.

Varios ministros que acudieron a la sesión de control en el Congreso así lo confirmaron, y lo mismo hicieron quienes no tenían preguntas que responder en la Cámara baja, pero que pasaron el día trabajando en sus despachos.

Versiones contradictorias

En el seno del PSOE las versiones continúan siendo contradictorias respecto a quién puede ocupar una vicepresidencia, atribuyéndola en algunos casos al ministro de Defensa, Narcís Serra, y otros al titular de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez. Desde el partido de los socialistas de Cataluña (PSC-PSOE) se sigue asegurando que el cargo recaerá en Narcís Serra.[Mientras, la ministra de Asuntos Sociales, Matilde Fernández, aseguró ayer en el Senado que el cambio del Ejecutivo no supondrá una variación de política, pues el PSOE tienen programa electoral que cumplir, según informa la agencia Europa Press].

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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