La reconstrucción de Kuwait no tendrá gran impacto económico, según Galbraith
"La reconstrucción de Kuwait no tendrá un impacto demasiado grande sobre la economía mundial, como algunos han difundido. El emirato es un país pequeño, e Irak es, a fin de cuentas, un Estado con la misma población que Bélgica, pero con una economía muy inferior", explicó ayer el Nobel de Economía John Kennet Galbraith en Barcelona.
Galbraith manifestó que se "ha exagerado al hablar de 100.000 millones de dólares como coste de la reconstrucción de Kuwait". En opinión del economista, que se, declaró una vez más pacifista convencido, "la guerra podía haberse evitado si se hubiera mantenido el embargo económico hasta el final". Galbraith, no sin cierta ironía, reconoció que Naciones Unidas ha demostrado que es una organización eficiente y mucho más fuerte que en el momento de su creacíón, hace 45 años" .Galbraith, que participó en un seminario sobre difusión internacional de la cultura catalana, organizado por la Generalitat, expuso que la reconducción hacia el mercado de la economía de la Unión Soviética y de los países del Este de Europa debería ser lenta.
"Se debería haber empezado por las empresas dedicadas a los servicios y las que manufacturan productos de consumo, que son las que más han fallado en el anterior sistema; posteriormente, la segunda fase debe aplicarse al reciclaje industrial de los grandes sectores básicos, como la energía, la química, los ferrocarriles y la actividad pesada", comentó.
El éxito de la economía es siempre relativo para el veterano profesor, defensor de los llamados modelos de transición: "Ya nadie cree que el sistema comunista sea válido en términos absolutos, como tampoco lo es el sistema capitalista. Los sistemas económicos que han triunfado son una mezcla de capitalismo y socialismo" afirmó.
Capitalismo y comunismo
"Sin embargo", añadió, "sí debe tenerse en cuenta que la humanidad está muy habituada a ver procesos de transformación que van del capitalismo al comunismo, pero hasta ahora nunca se ha visto una transición a la inversa, y eso es precisamente lo que está ocurriendo ahora en el Este". Galbraith echó mano del debate entre neokeynesianos y monetaristas para recordar que las ansias de liberalismo no deben colmarse en el sentido convencional: "Ninguno de nosotros admitiría un triunfo absoluto de las tesis de Adam Smith, Hayek o Friedman en nuestras economías".
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