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Un extraño incendio destruye el cine Covadonga

El cine Covadonga, situado en el 161 de la calle de López de Hoyos, quedó ayer prácticamente destruido a causa de un extraño incendio, cuyo origen no ha podido ser precisado por los bomberos del Ayuntamiento. Pedro Gallardo, jefe del departamento de extinción de incendios, manifestó ayer que "no hay elementos de juicio suficientes para saber si ha sido intencionado o no". El local estaba cerrado desde hace un año y medio.Los bomberos comenzaron su intervención sobre las cinco de la madrugada y durante tres horas tuvieron que arrojar miles de litros de agua para apagar las llamas. La Policía Municipal cortó el tráfico en la zona y desvió los itinerarios de tres rutas de autobuses de la EMT.

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Los bomberos descartan que el incendio se debiera a un cortocircuito

Viene de la página 1Los bomberos fueron avisados sobre las cinco de la madrugada de ayer, al advertir que salía una densa humareda del viejo cine Covadonga, conocido entre los cinéfilos como La Covacha. Los equipos de extinción tuvieron que forzar los candados que cerraban las puertas del local.

"Al entrar el aire", explicó Pedro Gallardo, "todo el patio de butacas se llenó de llamas". Gallardo estima que el ftiego llevaba fraguándose durante horas y que cobró virulencia cuando se abrieron las puertas.

La densa humareda impidió que los bomberos pudieran atacar directamente el fuego, por lo que emplearon el brazo articulado de 64 metros de altura que el pasado miércoles fue presentado en sociedad en la plaza de la Villa.

30 bomberos trabajaron sin descanso hasta que el fuego quedó prácticamente extinguido sobre las ocho de la mañana, aunque un retén permaneció varias horas más apagando los últimos chisperos.

El cine no tenía fluído eléctrico, por lo que los bomberos han descartado totalmente la posibilidad de que el fuego fuese provocado por un cortocircuito. No obstante, hasta el momento no tienen suficientes elementos para inclinarse a pensar que se trató de un incendio provocado, ya que "todo el cine era un foco de llamas, que abarcaba a toda la sala".

El inmueble ocupado por La Covacha, que abrió las puertas al público en 1953, es propiedad de Concepción Sáenz, quien a su vez lo tenía alquilado a Manuel Salinas. Éste, a su vez, lo había subarrendado a una sociedad constituida por la empresa Iberoamerícana Films, propiedad del productor cinematográfico Andrés Vicente Gómez, y el cantante Víctor Manuel, el actor Antonio Resines y la periodista Rosa María Mateos, entre otros. Esta sociedad quería instalar en el inmueble cuatro minicines, pero no obtuvo la pertinente autorización de la junta del distrito de Chamartín.

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