María Teresa fue detenida como 'pasadora' de cheques robados

María Teresa Franco, bilbaína de 33 años, fue detenida en abril del año pasado acusada de ser una presunta pasadora de cheques robados. Los pasadores son personas que compran cheques de viaje al por menor para posteriormente cambiarlos por dinero en las entidades bancarias, Junto con ella fueron arrestados un chileno y un coruñés.María Teresa y los otros dos hombres fueron arrestados por el Grupo de Delincuencia Internacional del Servicio Central de Policía Judicial, que también detuvo a José Manuel Cerreda Ramos, de 41 años, quien presuntamente actuaba como centralizador (el individuo que compra Eurocheques al por mayor para posteriormente revenderlos a otros minoristas).

Los pasadores suelen ganar el 10% del valor que figura en los cheques de viaje como pago por el riesgo que ellos afrontan a la hora de presentarse en un banco para hacer efectivo el cobro. Nunca repiten la operación en una misma sucursal y, además, siempre la realizan provistos de documentación falsa.

La organización con la que presuntamente estaba conectada la fallecida María Teresa había establecido su base de operaciones en Madrid. El presunto máximo responsable de la red vivía en una Finca de la calle de Titania, cerca de la de Arturo Soria.

Después de dos meses de investigaciones, los agentes intervinieron a los detenidos numerosos documentos por valor de 50 millones de pesetas, parte de los cuales procedían de un gran atraco perperado en 1987 en la oficina principal del Banque de Credit Agricole de Paris.

Al cuidado de los abuelos

Durante el tiempo que María Teresa estuvo encarcelada, sus padres se encargaron de cuidar a sus hijas. En el mes de noviembre, regresó a la vivienda y los abuelos de las niñas abandonaron la casa. "Los padres de Maite son dos personas encantadoras y muy educadas", comenta una vecina, que apenas tuvo trato con María Teresa desde que se enteró de que había tenido problemas con la justicia. Otros vecinos comentan que antes que los abuelos de las niñas regresaran a Bilbao, donde residen habitualmente, se habían producido algunas trifulcas en la casa.Todos los vecinos coinciden que la familia no provocaba ningún problema. El presidente de la comunidad vecinal señaló que la mujer se había vuelto más reservada desde que permaneció en la cárcel.