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El Gobierno polaco y Solidaridad se enfrentan en el congreso del sindicato

ENVIADO ESPECIALLa elección de Marian KrzakIewski, representante del ala moderadamente reivindicativa de Solidaridad, como nuevo presidente de ese sindicato, así como el anuncio del primer ministro, Jan Krzysztof Bielecki, de que el Gobierno no cederá en su impopular política de ajuste económico, han sido las notas más destacadas del congreso extraordinario clausurado ayer en Gdansk.

KrzakIewski, de 41 años, es conocido como un sindicalista profesional y fue uno de los principales negociadores de Solidaridad en los recientes e infructuo sos contactos del sindicato con las autoridades. Su elección puede interpretarse como un voto de castigo al propio Lech Walesa, elegido en diciembre pasado presidente de la nación, y a sus más allegados colaboradores, que también se presentaron como candidatos al cargo de máximo jefe sindical.La sorprendente decisión de los delegados es un claro signo de que Solidaridad está intentando distanciarse cada vez más del Gobierno para dejar de servir de paraguas protector de su impopular política, lo que está provocando un fuerte descenso de la confianza social en el sindicato. "Después de indudables éxitos políticos", declaró KrzakIewski ante los delegados, "debernos obtener un éxito en el campo sindical".

No obstante,es harto dudoso que Solidaridad pueda desentenderse del todo de lo que se denomina como la gran política. Solidaridad, también bajo su nuevo liderazgo, tendrá que seguir encauzando el malestar social que provoca la restrictiva política del Gobierno en el campo económico si no quiere permitir un estallido no controlado. En este sentido, KrzakIewski prometió en el congreso que su sindicato seguiría siendo "el principal garante de las reformas" y "la principal fuerza anticomunista".

Estallido social

Estas declaraciones pueden convertirse en papel mojado, a la vista de la ira popular y el fracaso de las negociaciones entre el Gobierno y la central sindical sobre el levantamiento de la práctica congelación de salarios en el sector público.El primer ministro, Jan Krzysztof Bielecki, quien compareció ayer ante los airados sindicalistas reunidos en Gdansk, mostró la total firmeza en cuanto a la continuación de la reforma económica. Bielecki llegó a calificar de "innegociables" sus fundamentos: el equilibrio presupuestario, la estabilidad de la moneda y la contención de la inflación.

"La elección es cosa de ustedes", declaró Bielecki al terminar el discurso. La respuesta a estas palabras del primer ministro fue una larga letanía de quejas de los sindicalistas. Los delegados al congreso advirtieron sobre el peligro de un próximo estallido social.

El transcurso del congreso demostró claramente que la paciencia de los polacos, ansiosos de ver y experimentar no sólo mejoras políticas, sino también económicas, está por agotarse. La implacable lógica económica del programa de ajuste está poniendo al borde de la desesperación incluso a aquellos sectores de la sociedad que en teoría más deberían apoyarla.

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