La ONU queda paralizada
La ofensiva terrestre iniciada el domingo por la coalición internacional para liberar Kuwait paralizó de nuevo los mecanismos de la ONU y demostró la falta de influencia del organismo. La batalla de Kuwait se inició en un momento en que el Consejo de Seguridad discutía la posibilidad de fusionar el plan de paz soviético, aceptado por Irak, y la postura de EE UU, que reclamaba la retirada incondicional iraquí. Los intentos quedaron en eso, y 17 minutos después de iniciada la campaña militar en Kuwait, el Consejo de Seguridad, el foro que ha autorizado pero no controlado esta guerra, decidió suspender sus reuniones.La propuesta de paz soviética había quedado decapitada el viernes, cuando el presidente George Bush lanzó el ultimátum a Sadam Husein, pese a que esta iniciativa fuera analizada y discutida por el Consejo de Seguridad el sábado. "Ya es demasiado tarde para intentar nada", declaró el delegado soviético, Yuli Vorontsov, quien por orden de Moscú ha solicitado que el Consejo de Seguridad siga manteniendo reuniones para analizar la evolución del conflicto del Golfo, una postura apoyada también por los británicos.
El Consejo de Seguridad se reunió informalmente el sábado por la noche después de haber escuchado la propuesta soviética y de darse por enterado de que Irak la aceptaba. Mientras las consultas se llevaban a cabo, la televisión, una vez más, alteró el ritmo del Consejo. "La batalla de Kuwait ha comenzado". La noticia no pudo llegar en un peor momento y 17 minutos después de analizar la situación, el representante de Zimbabue, presidente del Consejo, dió por concluidas las consultas.
Horas antes del inicio del ataque aliado en Kuwait, los delegados de EE UU y el Reino Unido, Thomas Pickering y David Hannay, respectivamente, se habían mostrado "escépticos" ante el plan soviético. Los dos sabían en aquel momento que Washington y Londres estaban ya decididos a lanzar la ofensiva.
Un día triste
El embajador de Yemen, Abdalla Saleh Al-Ashtal, declaró que la ONU debió "evitar esta guerra" y que este era un día triste para la organización, porque el desacuerdo en unas simples fechas "iba a provocar la muerte de miles de seres humanos".
Ricardo Alarcón de Quesada, el representante cubano, calificó de "broma gigantesca" las últimas reuniones del Consejo de Seguridad. "Había delegados que sabían que ninguna propuesta sería posible", dijo. "Lo mejor que podemos hacer ahora es irnos de, vacaciones y olvidarnos de que la ONU pueda jugar un papel en esta guerra".
Posiblemente, el Consejo no se irá de vacaciones. El representante británico declaró ayer que quizás sería razonable que el Consejo mantuviera reuniones periódicas con el fin de conocer los efectos de la ofensiva de Kuwait, tratar sobre la suerte de los civiles en la zona y asentar las ases para la posguerra.
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