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Algo más que unos rasguños

Una docena de parlamentarios fueron evacuados del Congreso y hospitalizados durante las 18 horas y media que duró la ocupación. Muchos más fueron medicados allí mismo para neutralizar el rebrote de afecciones contraídas con anterioridad o la aparición de síntomas de crisis, preferentemente cardiacas. Entre las víctimas de la violenta ocupación del Congreso destaca el diputado de la UCD por Cáceres Faustino Muñoz García, que sufrió úlceras múltiples por estrés y tres vómitos de sangre. El diputado abandonó el hospital y acudió al Congreso, en camilla, al día siguiente para votar la investidura de Calvo Sotelo. Posteriormente le extirparon el estómago y el duodeno. El senador David Pérez Puga padeció una insuficiencia respiratoria aguda e ingresó en una unidad de cuidados intensivos en estado cianótico. Gabriel Cisneros, que con anterioridad había escapado, gravemente herido, de un intento de secuestro de ETA -"yo he sido secuestrado dos veces", ha dicho en ocasiones-, padeció una apertura de la herida que le dejó el paquete intestinal a flor de piel.Antonio Fernández Cid quedó aprisionado en el asiento de su escano en el momento de la irrupción de los guardias civiles y fue asistido con síntomas cardiacos y lesiones en un brazo. Luis Erice Lepine, cuñado de Leopoldo Calvo Sotelo, que se encontraba en la tribuna de invitados, file alcanzado levemente en un muslo por una esquirla, metálica desgajada por el impacto de una bala. Los cristales rotos por las ráfagas de metralleta hirieron en la cabeza al diputado nacionalista por Canarias Fernando Sagaseta y a la diputada de UCD por La Coruña Nona Inés Vilariño. Otros diputados e invitados del Congreso fueron víctimas de crisis cardiacas, al igual que uno de los guardias civiles asaltantes, que permaneció cuatro meses hospitalizado.La salida del Congreso de los afectados era autorizada en cada caso, no sin objeciones, por el propio Antonio Tejero, a la vista del parte médico que cumplimentaba la doctora Carmen Echave, la persona que además de atender a quienes necesitaron sus servicios profesionales, trasmitió aquella noche ánimos, noticias y un soplo de libertad en un parlamento secuestrado.

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