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El pene azul brillante

El psicólogo clínico Tim Acton, del hospital de Nabsbury (Reino Unido), sostiene que la adicción sexual radica en la baja autoestima, y que normalmente se desencadena por una experiencia traumática. Peter, un paciente suyo, de 31 años, se dio cuenta de su adicción cuando su comportamiento empezó a afectar a sus relaciones, así como a su salud mental y flisica. "Era una compulsión, no podía contenerme", declaraba. "Me iba de buscona a los lavabos de hombres al mediodía y al terminar de trabajar, me saltaba las comidas y apenas dormía; mi trabajo estaba en peligro porque llegaba tarde y no lograba concentrarme. Mi vida había sido absorbida por el sexo", resumía.Su situación era tan desesperada que quiso pintarse el pene de azul brillante: "Pensé que nadie querría tocarme el pene de un color extraño cuando iba de buscona, y tendría que dejarlo".

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"Otro paciente, un hombre", explica Acton, "sólo podía relacionarse con mujeres como objetos sexuales y, en consecuencia, acosaba a toda mujer que encontraba, por lo que tenía dificultades para mantener relaciones estables. Otras manifestaciones de sexoadicción incluyen masturbación compulsiva, voyeurismo, exhibicionismo, acoso a los niños, hábito por la pornograflia y violación", afirma el psicólogo.

También hay mujeres que padecen esta enfermedad. Jenny se dio cuenta de su adicción cuando se quedó embarazada y 15 hombres diferentes podían ser el padre del niño. "Aborté e hice un repaso de mi vida", recuerda. "Ni siquiera podía contar el número de hombres con los que había dormido, la mayoría habían sido relaciones de una sola noche. Tenía entonces 32 años y no había. tenido ni una sola relación estable; cuando alguien empezaba a estar demasiado cerca de mí no podía evitar la infidelidad".

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