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Apoyo parlamentario al uso de la base de Morón por los B-52 de EE UU

El Congreso de los Diputados rechazó anoche, por 236 votos contra 10, una moción de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya en la que se instaba al Gobierno a que cancele la autorización concedida a Estados Unidos para que bombarderos norteamericanos B-52 realicen, ataques contra Irak desde la base de Morón (Sevilla). La moción de IU sólo recibió el apoyo de Eúskadiko Ezkerra y Eusko Alkartasuna, mientras que el diputado de las Agrupaciones Independientes de Canarias, Luis Mardones, se abstuvo y los restantes grupos votaron en contra.

En defensa de su moción, el portavoz de IU, Nicolás Sartorius, pidió al Gobierno que impida la utilización ele bases españolas para lanzar ataques contra Irak en coherencía con la preocupación expresada por el jefe del Ejecutivo, Felipe González, al presidente norteamericano George Bush en torno a los efectos de los bombardeos sobre ciudades iraquíes.Tiene el Gobierno una ocasión óptima para demostrar la sinceridad de sus deseos y la coherencia de su postura", afirmó Sartorius, quien se mostró convencido de que la autorización concedida a EE UU había sido una decisión soberana, pues "no tengo datos para pensar que el presidente del Gobierno no pueda evitar que los B-52 salgan de Morón".

El portavoz del grupo socialista, Pedro Moya, no aludió a los B-52, cuya actuación desde España no ha sido recooci'da oficialmente por el Gobierno, pero señaló que la moción de IU "pretende cancelar el apoyo logístico [a los EEUU] o al menos limitarlo sustancialmente".Posición

Moya negó que exista contradicción alguna entre la carta de González a Bush y el apoyo logístico prestado por España en la guerra y calificó la posición del Gobierno de "legalmente irreprochable, políticamente responsable y, estratégicamente imaginativa".

La intervención del portavoz popular. Javier Rupérez, fue la más crítica entre las de quienes apoyaron la posición del Ejecutivo. "Corresponde en exclusiva al Gobierno expllcar el alcance de sus decisiones", advirtió Rupérez, quien agregó, con indisimulado malestar por la carta remitida a Bush, que González ha estado "más atento a las implicaciones electorales de sus actos que a los intereses generales".

Iñaki Anasagasti, del PNV, dijo que "no somos belicistas, pero tampoco ingenuos" y consideró "una farsa y una mascarada" algunas posiciones pacifistas. José Ramón Caso, del CDS, acusó implícitamente a IU de hacer electoralismo con la guerra.

El portavoz del grupo catalán, Josep Antoni Durán Llelda, llevó su defensa del permiso concedido a los B-52 más allá de lo que lo hizo el propio grupo socialista. "Esos bombardeos son necesarios para hacer cumplir las resoluciones de la ONU", aseguró.

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