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Dos bombas del IRA golpean el centro de Londres

El Ejército Republicano Irlandés (IRA) volvió a atacar ayer el centro de Londres, tras retornar a la estrategia de llevar a Inglaterra y a los ingleses la campaña que desarrolla en el Ulster desde hace 20 años. Un hombre perdió la vida al estallar una bomba oculta en la estación de Victoria a una hora de máxima afluencia y provocó heridas de diversa consideración a unas 40 personas, cuatro de ellas de carácter grave. Otra bomba en la estación de Paddington no ocasionó víctimas, y el aeropuerto de Heathrow fue evacuado por una amenaza de bomba horas después del atentado de Victoria.

La bomba que estalló en la estación de Victoria, fabricada con explosivo de alta potencia, estaba oculta en una papelera y explosionó al filo de las 7,45 de la mañana en el vestíbulo central, a una hora de gran afluencia de pasajeros que entran y salen de la capital británica. La estación fue evacuada inmediatamente, mientras ambulancias de todo Londres se concentraban en la estación.Un hombre joven, padre de una niña de 16 meses, ingresó cadáver en el hospital de Westminster. El atentado se produjo tres horas y media después de que otra bomba estallara en Paddington y llevó a la policía a ordenar el cierre de las 13 principales estaciones de Londres. El habitual caos circulatorio se convirtió en un parón total. El medio millón de ciudadanos que cada día entran a trabajar en la ciudad quedó aislado en sus trenes, que muchos tuvieron que abandonar en estaciones a decenas de kilómetros de la capital.El jefe de la brigada antiterrorista de Scotland Yard, George Churchill-Coleman, informó a primera hora de la tarde que un comunicante anónimo con acento irlandés y que dijo hablar en nombre del IRA había anunciado poco después de las siete de la mañana que iban a estallar bombas en todas las principales estaciones de Londres. La policía comenzó a hacer pesquisas, pero optó por no advertir a los pasajeros, que casi todos los días han de sufrir los efectos de denuncias de paquetes sospechosos, en especial en el metro. A primera hora de la tarde, tuvieron que ser evacuadas las cuatro terminales del aeropuerto de Heathrow después de que se recibiera una amenaza telefónica de bomba.

Los atentados de ayer se produjeron a los once días del ataque con mortero contra la residencia del primer ministro británico, John Major, y no son sino el último intento del IRA de llevar su campaña terrorista a la conciencia de los habitantes del Reino Unido, y en particular de Londres, aburridos y desinteresados con lo que ocurre en Irlanda del Norte. Desde la bomba de diciembre de 1983 junto a los grandes almacenes Harrod's, el IRA no había atacado objetivos civiles en la isla. La campaña iniciada hace dos años largos en el Reino Unido había estado limitada hasta ahora a motivos militares o a objetivos que representaban el corazón del establishment.

La clase política condenó en los términos de rigor el atentado, pero optó por prescindir de una comunicación oficial del Gobierno en el Parlamento para privar a los terroristas del oxígeno de la publicidad.

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