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DIARIO DE LA GUERRA

Sobresalto en el desayuno

Juan Jesús Aznárez

Los militares que desayunaban en el hotel Internacional de Dahran se levantaron como un resorte, con estruendo de sillas, fusiles y correajes, cuando sonaron las estridentes sirenas que habitualmente anuncian la llegada de los misiles iraquíes. También fueron activadas las alarmas en Riad y en el emirato de Bahrein. Uno de los soldados tiró el café, otro tropezó en una banqueta y la mayoría se colocó la máscara antigás a una velocidad mayor que la del cohete anunciado. Caras descompuestas, empleados que bajaban las escaleras de cuatro en cuatro, militares casi dando codazos; todos, de cabeza al refugio.Pero el misil Scud lanzado por Irak no iba dirigido a Dahran, ni tampoco a Riad. El cohete, disparado de día, cayó en la población saudí de Hafar al Batin, donde cuatro personas resultaron heridas por los fragmentos, que destruyó parte de un edificio y varias viviendas, según fuentes militares. La localidad atacada es un importante enclave militar a 90 kilómetros de la frontera kuwaití.

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En el hotel de Dahran que aloja el centro de prensa de una parte de la oficialidad norteamericana y británica, ayer se temía una fuerte venganza de Sadam Husein tras el sangriento bombardeo de Bagdad. En cuestión de segundos, el remolino humano vació los amplios salones, el desayuno fue gratis y los equipos de televisión tomaron posiciones en las terrazas del pequeño Hollywood, como se ha dado en llamar el lugar donde las cámaras apuntan al cielo y buscan las estelas de los misiles.

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