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El Gobierno italiano estudia equiparar los funcionarios a los trabajadores privados

Juan Arias

Italia prepara una revolución en el sector del empleo público con una propuesta que estudian el Gobierno y los sindicatos más importantes (CISL, CGIL y UIL) para equiparar a los trabajadores del Estado a los de las empresas privadas. Los millones de empleados del Estado están sobre ascuas porque el primer fruto de dicha revolución será la posibilidad de despido, frente a la gran estabilidad laboral de la que disfrutan los trabajadores de un ministerio o de los maestros de escuela.

Por lo menos en el país italiano, el sueño, sobre todo de las familias del Sur, ha sido siempre el de buscar a los hijos un puesto en la Administración pública donde se podía ya vivir tranquilos de que nadie les echaría a la calle y donde podían trabajar o no impunemente.De ahí el que se hayan dado tantos escándalos en dicho sector, sobre todo en el ámbito de las ausencias, que ha llevado más de una vez al Gobierno a enviar por sorpresa a los carabineros a los ministerios, donde se ha descubierto de todo: desde la existencia de despachos privados de políticos, a trabajadores que firmaban y se iban inmediatamente a otro trabajo, por ejemplo una tienda, o funcionarios que habían obtenido el puesto pero nunca se les había dado una mesa y una silla donde trabajar.

Ahora, el ministro de la Función Pública, Remo Gaspari, y con él los grandes sindicatos nacionales, quieren que todo eso se acabe. Para solucionarlo han propuesto equiparar los empleados del Estado a los trabajadores privados. Con todas sus consecuencias, positivas y negativas, desde la posibilidad del despido a la de ser retribuidos según el rendimiento en el trabajo. Se acabará así lo del sueldo igual para todos.

Los que están más preocupados son los maestros y profesores de colegios del Estado, porque se preguntan quién y cómo se podrá medir su rendimiento. Pero para ello el ministro y los sindicatos están estudiando lo que ocurre en los colegios privados para copiar lo que ellos hacen.

Posible acuerdo en un mes

El pasado lunes tuvo lugar ya un importante encuentro entre el ministro Gaspari y sus colegas Carlo Donat Cattin, ministro del Trabajo; Guido Carli, del Tesoro, y Paolo Ciro Pomicino, de Presupuestos, con los tres grandes gremios sindicales nacionales CISL, CGIL y UIL, que cuentan juntos con más de ocho millones de afiliados.El Gobierno espera resolver el problema y poner en marcha la revolución en muy poco tiempo. Se piensa que ya dentro de un mes se podrá haber llegado a un acuerdo entre Gobierno y sindicatos. Claro que después llegará la batalla parlamentaria. Y allí podría empantanarse todo. Mientras tanto, los sindicatos autónomos han abierto ya sus hostilidades y han proclamado una huelga en las escuelas.

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