Los pacifistas franceses agradecen la dímisión del numstro de Defensa
El heterogéneo movimiento francés contra la guerra del Golfo acogió ayer la dimisión del ministro de Defensa, Jean-Pierre Chevènement, como la confirmación de su tesis de que el objetivo de Washington en este conflicto es lo que el eurodiputado socialista Max Gallo denominó "la reafirmación de su papel de sheriff mundial". Los partidarios de la guerra se felicitaron por el hecho de que ahora François Mitterrand puede al fin desarrollar su propia política.El Gobierno socialista y la oposición conservadora coincidieron ayer en precisar que el "único objetivo legítimo" de la guerra es la liberación de Kuwait. Los enemigos de la guerra respondieron recordando que Chevènement ha dimitido precisamente porque cree que la guerra se está alejando de ese "único objetivo legítimo".
En su última conversación como ministro de Defensa con Mitterrand, Chevènement le dijo que la "lógica de guerra" impuesta por los norteamericanos conduce a la destrucción del régimen de Irak y del potencial industrial y militar de ese país. Eso, advirtió, significa que la guerra será más larga y sangrienta de lo que George Bush le había prometido a Mitterrand.
Orgullo de la independencia
La reacción pacifista a la dimisión de Chevènement fue expresada por la abogada Gisele Halimi. "Chevènement", dijo, "ha devuelto a millones de franceses el orgullo de la independencia de nuestra República". Halimi añadió: "Si nos queda una pequena posibilidad de salvar nuestras relaciones privilegiadas con el mundo árabe, se lo debemos a ese hombre".
La prensa no tuvo acceso a la ceremonia de transmisión de poderes entre Chevènement y su sucesor, Pierre Joxe. Tan sólo se hizo público el último mensaje del ex ministro de Defensa a los casi 15.000 soldados franceses presentes en Arabia Saudí. "Deseo", dijo, "que la victoria de nuestras armas y la audacia de nuestra diplomacia permitan a Francia trabajar por una paz justa en Oriente Próxirno".
La dimisión de Chevènement ha puesto en evidencia las diferencias internas del Partido Socialista. La mayoría de los socialistas apoyan la actitud de Mitterrand consistente en implicar a Francia en los combates para estar presente en las negociaciones de posguerra sobre el futuro de Oriente Próximo. Pero un grupo minoritario de líderes socialistas se opone a una guerra que llaman "norteamericana". Entre ellos se encuentran los miembros de la corriente de Chevènement, la Nueva Escuela Socialista del diputado y padrino de SOS Racismo Julien Dray y los amigos del ex ministro de Exteriores Claude Cheysson.
Max Gallo declaró ayer que la dimisión de Chevènement permite interrogarse sobre "cuáles son en realidad los objetivos de esta guerra".
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