"Necesito ganarme otro público"
Pregunta. ¿No es un poco tarde para presentarse en Madrid?Respuesta. Me parece que sí. Lo que ocurre es que las cosas llegan cuando llegan y no siempre cuando una quiere. Lo cierto es que me da la impresión de haber desaprovechado algunas ocasiones interesantes para actuar en Madrid.
P. ¿Cuáles fueron esas ocasiones?
R. Hace 10 años, cuando el Lllure fue a Madrid con Leonci i Lena, La bella Helena -ambas en el María Guerrero- y La nit de les tribades -en la Sala Olimpia, porque parecía una obra más off-', no me querían dejar marchar. En pocos días me habían visto hacer de hombre (el rey Peter, en Leonci i Lena), de vedette (Helena, en La bella Helena), y de lesbiana alcohólica (María Carolina David, en La nit de les tribades), y, por lo visto, eso era demasiado. Nada, que no me dejaban marchar. (,Quedarme en Madrid, en aquel momento? ,Dejar mi Lllure? Anda ya. Luego se presentaron nuevas ocasiones. José Luis Gómez me propuso hacer con él ¡Ay, Carmela!, antes me habían llamado para hacer un Antonio Gala, y algunas cosas mas, unas más interesantes que otras. Lo que ocurre es que yo estaba atada al Lliure y no podía decir que no. Además, ¿cómo iba a perderme papeles como el de la señorita Julia o la Chen Te de La buena persona de Se-Chuan? El trabajo en el Lliure suponía que mientras ensayabas un papel para tal obra te proponían ya otro para la siguiente, y así era muy difícil decirles que no. Cuando me ofrecieron hacer la Carmela, habían ya empezado los ensayos de La senyoreta Julia... Hubo, sí, una ocasión en que pedí ir a Madrid, pedí trabajar en Madrid. Fue cuando Pasqual preparaba El público en el María Guerrero. Le dije -azuzada en parte por Fablá Pulgserver: -Anda, díselo, díselo", me decía- si había algun papel para mí. "Ya sabes", le dije, "que yo puedo hacer de hombre...".-Mehas dado una idea", me respondió Pasqual, "déjamelo pensar". Y no volvió a hablarme de ello. Entonces fue cuando decidí hacer el personaje de la condesa de Saint-Fond, en La senyora de Sade...P. ¿Y cómo es que ahora se ha decidido a aceptar este trabajo en Madrid?
R. Pues porque no había nada que me interesase de entre lo que me ofrecían. Si hacía la Maria Stuard no podía salir luego en Terra baixa -al principio ambos repartos eran incompatibles, por cuestión de fechas-, donde tampoco me habían ofrecido el papel de Marta. Luego, no me interesaba volver a hacer el papel de la señora Domenica, en Un dels últims vespres de Carnaval, el Goldoni dirigido por Pasqual. En su momento, hace seis años, sí me interesó. Era un momento muy especial. Era el regreso de Lluís (Pasqual) al Lliure, yo volvía también, después de interpretar junto a Flotats Una jornada particular; el reparto era interesantísimo... Hoy, la señora Domenica no me dicenada. Además, luego viene El pare, el Strindberg que dírigirá Planella, donde tampoco tengo ningún papel.
P. ¿A qué va a Madrid?
R. Voy a Madrid a limpiarme y a curtirme. Me he hecho mis canas y mis arrugas en el Lliure. Han sido 15 años en los que no me arrepiento en absoluto, pero ahora debo mirar por mi futuro. Llego en el momento justo, justo cuando se ha terminado una etapa de mi trabajo como actriz, pero me quedan todavía otras. Debo trabajar con otra gente, con otros directores, Admiro muy sinceramente a Rosa Novel] por el coraje que ha tenido al montar su propia compania y pedirle un texto a Eduardo Mendoza. Ha hecho muy bien, sí señor.
P. ¿Qué le han dado Pasqual y Pulgserver a lo largo de esos 15 años?R. Mucho, y creo que yo también les he dado mucho. Pasqual, Fabiá, Homar, Inma (Colomer), yo.... nos hemos dado mucho los unos a los otros. Y creo que aun podemos darnos más. Por lo que a mi respecta, mi curiosidad hacia Pasqual y Fabiá todavía no se ha agotado, sé que todavía pueden darme cosas y yo a ellos. Como me las dio Flotats en su momento, que me enseno algo que Pasqual y Fabiá no podían enseñarme, porque no son actores como Flotats.
P. ¿Cómo definiría usted a Pasqual y Pulgserver?
R. Pasqual es un gran seductor, hasta tal punto que incluso me gana. No para de bombardearte, casi no te deja hablar. A veces has de pedirle, como quien se disculpa, que te deje probar, que te deje hacerlo a ti, a ver cómo te sale... Es un puñetero. Lluís me ha dado una gran confianza en mí misma. Fablá no sube tanto al escenario -últimamente sube másni te bombardea como Lluís. Te observa desde la butaca, te deja hacer. Nunca está contento hasta el final. Es un gran hombre de teatro y probablemente más puñetero que Lluís. Fablá puede llegar incluso a hacerte daño.
P. Pero usted no ha roto su relación con el Llitíre?
R. En absoluto. Le he dicho a Montany¿s, que me dirigió en la Maria Stuard, que puede contar conmigo para el próximo espectáculo, sólo que no se cual va a ser ese espectáculo y si me agradará el papel. Voy a Madrid para trabajar en una obra que me agrada, en un personaje que me agrada, con una gente que me gusta, una compañía que nace ahora...
P. 6Cómo juzga usted el público del Lliure después de 15 años?R. Hay diversos públicos: el del estreno, el de los niños, el de los viejos, el de las señoras... a mi me agrada mezclado, muy mezclado. Hacer teatro en el Lliure, por las características del local, por la proximidad del público, es como actuar en un club, y lo que yo necesito ahora es'un teatro. Soy consciente de que en el Lliure gusto, de que fascino, de que tengo un público incondicional. Pero eso ahora no me interesa, busco otra cosa, necesito ganarme otro público.
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