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GUERRA EN ORIENTE PRÓXIMO

Jóvenes jordanos piden armas para defender a Sadam

Antonio Caño

ANTONIO CAÑO ENVIADO ESPECIAL, El grito de la yihad (guerra santa) sonó ayer en las calles de Ammán, capital de Jordania. La festividad de] viernes musulmán fue aprovechada por los religiosos para convocar a "los soldados jordanos" a pelear "en las mismas trincheras" con Irak y para exaltar los ánimos de cientos de personas que se manifestaron en apoyo de Sadam Husein. En las jpuertas de las mezquitas, donde muchos jóvenes repartieron retratos del líder iraquí, algunos gurpos se concentraron al término de la oración para pedir al Gobierno jordano armas en defensa de Irak.

A las voces de "Alá es grande" y "Muertea América", una columna de manifestantes intentó llegar hasta la Embajada de Estados Unidos, pero fue interceptada por fuerzas de la policía jordana que llegaron a exhibir sus porras.La guerra del Golfo ha consagrado a los líderes religiosos jordanos como los principales conductores de la opinión pública, y ha convertido los viernes en jornadas de agitación donde el integrismo y el antioccidentalismo son las banderas comunes.

Jóvenes y viejos, militares y civiles, se reunieron en torno al Corán para escuchar lo que, además de una oración, fue una proclamación de guerra en nombre de Alá contra Occidente, contra Israel y contra los Gobiernos árabes que apoyan la coalición antiiraquí.

En la mezquita del rey Abdulá ben al Hussein, la mayor de Ammán, el conductor de la oración, Ibrahim Zaid al Kilani, ministro de Asuntos Religiosos, dijo a sus fieles -casi la mitad de ellos militares- que -hay que defender a Irak, hay que defender la religión islámica frente a la agresión americana".

El imam llamó a la unidad de todos los árabes y recordó que, aunque divididas hasta ese momento, "también La Meca y Medina supieron unirse contra los infieles siguiendo a Mahoma".

Al Kilani, dirigente del partido de los Hermanos Musulmanes, dijo que los soldados jordanos, bajo el liderazgo del rey Flussein, deben combatir junto a los iraquíes, y que, cuantos más ejércitos árabes luchen del lado de Sadam Husein, más corta será la guerra. "La guerra de Irak", añadió, "es la guerra de todos los musulmanes, es la guerra de Jerusalén, la guerra del Corán, la guerra por la liberación de Palestina, la guerra por la liberación de Arabla Saudí".

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"Tengo fe"

"Fengo fe", dijo el líder religioso en un discurso retransmitido por radio y televisión, "enque todos los árabes entren en la guerra para que puedan pasar a la historia con orgullo-.

Después de las últimas oraciones, con la frente pegada al suelo y las plegarlas de rigor, la ciudad, que vio caer ayer la nieve, se llenó de retratos de Sadam Husein. Hasta el dueño del restaurante Uncle Sam, especializado en hamburguesas, ha empapelado su escaparate con imágenes del presidente iraquí.

La policía vigiló intensamente las principales calles de Ammán para evitar enfrentamientos, que se esperaban después de la detención el jueves pasado de un dirigente del Partido de la Liberación Islámica, una organización clandestina que ese día celebró una conferencia de prensa pidiendo de hecho la insurrección popular.

Los observadores consideran que, aunque el clima se hace cada día más agresivo -con peligro ya para los ciudadanos occidentales que habitan en Jordania-, el rey Hussein ha conseguido hasta ahora mantenerse fuera del objetivo de las iras populares.

En un difícil malabarismo, Hussein ha podido capitanear, por el momento, los sentimientos proiraquíes de la mayoría de su población, incluidos mandos del Ejército, sin romper abiertamente con su tradicional amistad con Occidente. Algunos medios periodísticos han asegurado que la visita, esta semana, a Arriman de un enviado de la Casa Blanca, Richard Armitage, sirvió para reprochar al monarca hachemita su alineamiento proiraquí, pero el rey Hussein ha podido así hasta ahora salvaguardar la solidez de su trono.

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