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GUERRA EN ORIENTE PRÓXIMO

La máquina bélica 'alemana' de Sadam

El Gobierno de Bonn investiga a 110 empresas por supuesta violación del embargo contra Irak

"Es necesaria una gran ofensiva, contra las empresas y las personas que intentan saltarse las leyes existentes", clamó un Helmut Kohl indignado durante la reunión de su Gabinete. El canciller alemán no se refería a una determinada mafia criminal, sino que mostraba su irritación ante la acumulación de pruebas que han puesto en evidencia las dimensiones de la participación de empresas alemanas en la realización de la gran máquina bélica de Sadam Husein

.El ministro de Economía ha reconocido que 110 empresas alemanas están siendo investigadas por supuestas violaciones del embargo impuesto por las Naciones Unidas contra Irak, y por la exportación de sustancias prohibidas, entre las que se encontrarían "armas biológicas"

La última revelación que parece haber irritado especialmente al canciller ha sido la información de que la ya famosa transformación de los viejos misiles soviéticos Scud-B, cuyo radio de acción inicial no superaba los 300 kilómetros, en los actuales Al Hussein (625 kilómetros) y Al Abbas (870 kilómetros), fue posible gracias a la colaboración de ingenieros alemanes. Paradójicamente, los Scud son los hijos directos de las infaustas V-2 utilizadas por el régimen nazi en el bombardeo del Reino Unido.

Según el periódico Frankfurter Rundschau, entre 1979 y 1985, la firma Messerschmidt Bölkow Blöhm (MBB), desde hace dos años integrada en el grupo Daimler-Benz, colaboró en el proyecto común de Argentina, Egipto, Rumania e Irak para el desarrollo de un nuevo misil denominado Cóndor II, de un alcance de 1.000 kilómetros. Posteriormente, y ya exclusivamente con Irak y en territorio iraquí, el proyecto fue continuado por tres empresas alemanas: Gildemeister Projekta, Maurer Verke y Aviatest, que, a su vez, involucraron en el proyecto a más de una docena de otras empresas, entre las que se encuentra el gran gigante Siemens. Según este mismo periódico, MBB vendió helicópteros a Irak fabricados en España, y que partieron directamente desde un puerto español.

Estadísticas oficiales

Según las estadísticas oficiales, es decir, que incluyen sólo las ventas de armas legales y autorizadas por el Gobierno, la RFA vendió a Irak entre 1982 y 1986, por valor de 625 millones de dólares. Esta cifra no incluye las exportaciones que, por razones legales, se hicieron a través de terceros países. Y tampoco incluye el apartado más siniestro de todo este negocio, el de las exportaciones de componentes y materiales para el montaje de fábricas químicas, supuestamente para fertilizantes o productos farmacéuticos, que, en realidad, eran para la construcción de plantas de fabricación de gases tóxicos o armas bacteriológicas.

Según el Centro Simon Wiesental, 86 de las 207 empresas que ayudaron al régimen iraquí a construir su arsenal químico y bacteriológico, son alemanas. Tres son las que llevaron el peso: Kolb GmbH y su sucursal Pilot Plant Engineering, Quart y Water Engineering Trading (WET).

Lo más curioso es que, cuando en 1990 fue detenido uno de los altos directivos de la WET, resultó que era un colaborador del Bundesnachrichtendienst (BND), la oficina de información e inteligencia del Gobierno federal. Todo parece indicar que el BND y, consiguientemente, el Gobierno de Bonn estaban ya entonces al corriente de la operación, pero decidieron no actuar.

El nuevo ministro de Economía, el liberal Jürgen Mollemann, anunció el miércoles un plan destinado a tapar los agujeros por los que siguen saliendo armas con destino a Irak. El ministro pidió "una campaña destinada a sumir en el ostracismo a las empresas que han dañado la reputación de nuestro país con su comportamiento ilegal y criminal", y dijo que "estos individuos deben ser tratados como los homicidas y los criminales".

Mollemann sugirió aumentar las penas de cárcel, en la actualidad hasta de 10 años, y dar poderes a la Administración para cerrar las empresas culpables.

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