Un ídolo de chatarra

La admiración despertada en Arabia Saudí por la efectividad del misil antimisil norteamericano Patriot en la guerra del Golfo Pérsico, que con tanto éxito ha frenado a los temibles misiles iraquíes Scud, es tal que se ha levantado el primer monumento en su memoria en el hotel Internacional de Dahran, donde se concentra la prensa extranjera.El monumento es un fragmento de un Patriot de casi dos metros, con su parte superior de metal abierta, retorcida y chamuscada y que aún huele a pólvora, colocado sobre un pequeño pedestal en el vestíbulo del hotel. En su envoltura de color salmón alguien ha escrito en inglés: "Todos te amamos", lema que se repite con todo tipo de caligrafías de quienes ya han estampado su firma.

El especialista del Ejército norteamericano, Leroy Turner, de 20 años, asegura que fue él quien disparó el Patriot que destruyó un misil iraquí Scud caído el pasado lunes sobre Riad. El misil iraquí causó desperfectos en un edificio de la capital saudí y abrió un gran cráter, pero el daño, dijo Turner, "hubiera sido mucho mayor" si el Scud hubiera seguido su camino y estallado sobre la populosa zona sur de Riad.

El Pentágono estudia la posibilidad de enviar agentes químicos neutralizadores abordo de estos misiles con objeto de frustrar un ataque de Scuds iraquíes con cargas químicas, según fuentes de la industria de Defensa de EE UU, que añadieron no tener la certeza de que tales armas sean desarrolladas a tiempo para emplearlas contra Irak.