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GUERRA EN ORIENTE PRÓXIMO

El Magreb, tentado por una guerra santa

Las movilizaciones populares a favor de Irak y de una guerra santa registradas durante estos últimos días en los países del Magreb amenazan con romper el frágil equilibrio interno de la región. Los Gobiernos de Marruecos, Argelia, Túnez y Libia son conscientes de ello, y buscan incansablemente y de forma urgente una salida pacífica y política no sólo para acabar con el conflicto bélico, sino también para tranquilizar a sus poblaciones, que ven en Sadam Husein el líder carismático que puede liberarlos.El movimiento integrista de Argelia, Frente Islámico de Salvación (FIS), anunció haber reclutado un millón de voluntarios dispuestos a desplazarse a Irak para luchar a favor de Sadam Husein y contra las fuerzas occidentales. Alí Beljahd, el número dos del FIS, efectuó estas declaraciones en un mitin celebrado el pasado lunes por la noche en el Pabellón de Harcha, situado en la plaza del Primero de Mayo, cerca del centro de Argel, al que asistieron 60.000 personas.

Estamos dispuestos a mezclar nuestra sangre con vuestra sangre", anunció al pueblo iraquí el colérico Savonarola magrebí desde su pálpito mientras la masa irrumpía en gritos ensordecedores de "Alá es grande". Minutos antes, el propio Beljahd había afirmado que el próximo sábado empezaría a impartirse instrucción militar en todas las ciudades a los voluntarios que quieran acudir a Irak. No es una bravata. El FIS cuenta con el control de la mayoría de los ayuntamientos del país y puede hacerlo, a no ser que el Gobierno se lo impida.

Oficinas de reclutamiento

Con esta afirmación del imán de Kouba, el Frente Islámico de Salvación responde al comunicado del Gobierno argelino, que hace poco menos de dos días anunció que no se iba a dar instrucción especial a los voluntarios reclutados por el FIS, entre otras razones porque la instrucción militar impartida a los jóvenes argelinos durante el servicio obligatorio es, en opinión del Gobierno, suficiente.

Los intentos por arrastrar a Argelia a una guerra santa no han hecho más que empezar. El primero que lo intentó fue el ex presidente de la república Hamed Ben Bella, que el pasado 27 de septiembre, cuando desembarcó en el aeropuerto de Argel después de 30 años de exilio político, propuso la apertura de oficinas de reclutamiento para los voluntarios que quisieran defender Irak. No era la locura del anciano líder del tercermundismo, era la premonición de que una parte del electorado estaba dispuesta a combatir a favor de Sadam, del islamismo y contra Occidente.

Esta premonición fue corroborada el pasado 17 de enero, cuando cerca de un millón de islamistas, convocados por el FIS, desfilaron por las calles de Argel en una de las manifestaciones integristas más impresionantes de la historia del Magreb. Fue una prueba de fuerza y disciplina impresionahte, que sólo tuvo parangón con la marcha que se produciría dos días más tarde en Trípoli, cuando otro millón de personas se lanzaron a la calle para reivindicar la paz y mostrar su apoyo a Sadam. Movilizaciones similares tuvieron lugar en las principales ciudades de Mauritania.

Marruecos y Túnez son dos casos aislados, en los que las movilizaciones a favor de Irak han podido ser amortiguadas y disueltas gracias a los impresionantes aparatos de orden público desplegados por todas las ciudades. Pero el fervor de los habitantes de estos países a favor del líder Sadam Husein y contra los occidentales se detecta en cualquier instante.

"Muchacho, toma este dinar y deja de limpiarle los zapatos a ese occidental", exclamó un tunecino en la calle al tiempo que increpaba a un europeo, que prefirió alejarse del lugar.

Pocos metros más allá, en la sede de la Unión General de Trabajadores Tunecinos (UGTT), bajo los retratos del presidente de la república, Zinc Ben Alí, y del propio Sadam Husein, se ha abierto ya la primera oficina de reclutamiento en Túnez para apuntar a los voluntarios. Ayer, fuentes sindicales aseguraban que los defensores del islam son ya más de 3.500. La lista irá en aumento en los próximos días.

Inestabilidad

La movilización popular a favor de Sadam Husein está siendo observada por los Gobiernos con verdadera preocupación, ya que en torno a ella se alinean los sectores más activos de la oposición islamista. Para los gobernantes de Marruecos, Túnez, Argelia y Libia, la única salida es una solución urgente y pacífica del conflicto, antes de que las tropas de voluntarios acaben generando inestabilidad dentro de sus propios países. Para el futuro, los Gobiernos del Magreb empiezan a ser conscientes de que sólo impulsando los procesos de democratización se paliará la desesperanza de los voluntarios. Sólo Argelia está en la recta final de este proceso, el tándem Chadli Benyedid-Hamorrouch está en ello. El resto del Magreb difícilmente llegará a tiempo.

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