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Arzalluz y Garaikoetxea intentan cerrar hoy el pacto tripartito en una cumbre en Ajuria Enea

Los dos principales actores de la ruptura el nacionalismo vasco hace menos de cinco años, Xabier Arzalluz y Carlos Garaikoetxea, volverán a encontrarse hoy para intentar cerrar el pacto de coalición en el Gobierno vasco. Portavoces de las dos formaciones, Partido Nacionalista Vasco (PNV) y Eusko Alkartasuna (EA), consideran muy probable que la coalición quede cerrada hoy por la mañana. El PSOE también da por hecho el tripartito nacionalista y, al igual que el PNV, ha restado credibilidad a un último intento de Juan María Bandrés para abrirles la puerta de las negociaciones.

Las conversaciones para la formación del nuevo Gobierno de Vitoria han diluido en pocos días la hostilidad personal y política entre los dos partidos separados traumáticamente en 1986. El PNV afirma que las conversaciones con EA han ido "muy bien, mejor de lo esperado". Desde el partido presidido por Garaikoetxea hay coincidencia en el diagnóstico. "No ha habido ni un ápice de acritud", aseguran.Dirigentes de ambas formaciones y de Euskadiko Ezkerra (EE) mantuvieron ayer un programa intenso de reuniones técnicas para superar las últimas diferencias en aspectos sectoriales del programa de Gobierno y preparar la cumbre de hoy en la residencia presidencial de Ajuria Enea, en Vitoria. Portavoces de los tres partidos señalaron ayer que el pacto puede quedar sellado en este encuentro entre los principales líderes de las tres formaciones porque sólo falta un acuerdo sobre composición del Ejecutivo.

EA, el último en incorporarse al intento de formar un Gabinete tripartito, no ha presentado objeciones de fondo al pacto inicial PNV-EE, aunque sí "matizaciones importantes" sobre cuestiones como el proyecto de ley Municipal, que debe aprobarse en esta legislatura, y la aplicación de la ley de Territorios Históricos. En torno a esta última, reguladora de las relaciones entre las diputaciones forales y el Gobierno vasco, se centraron parte de las discrepancias que llevaron a la ruptura del PNV.

Reajuste del mapa

El fin de las hostilidades entre las formaciones de Arzalluz y Garaikoetxea va a producir inevitablemente un reajuste en el mapa político vasco. El partido mayoritario confía en convertir la colaboración gubernamental en el prólogo de una reencuentro. La dirección de EA, en cambio, está convencida de la posibilidad de gobernar junto al PNV y EE manteniendo su identidad y su espacio político.

"Dependerá de nuestra capacidad para trabajar lealmente desde el Ejecutivo e influir en él", señaló ayer el diputado en el Congreso Joseba Azkarraga, miembro de la ejecutiva de Eusko Alkartasuna. Lo importante es ponerse de acuerdo sobre el programa, añadió Joseba Azkarraga, para dar una orientación aceptable al Gobierno. El diputado de EA negó que hasta ayer al mediodía se haya discutido el reparto o la asignación de las carteras.

Martín Auzmendi, dirigente de EE, corroboró esta afirmación y aseguró que su partido ignora aún qué departamentos podrán corresponderles. "No vamos a jugar como han hecho los socialistas", declaró, "a capitalizar la gestión de las carteras que nos correspondan, sino a dejar una impronta en todo el Ejecutivo. Esto significa que aunque la cartera de Interior no sea para EE, su política deberá discutirse y consensuarse también con nosotros. Si no, no tendría sentido entrar en el Gobierno".

El Partido Socialista de Euskadi (PSE-PSOE) contempla los acontecimientos como mero espectador, convencido también de que el pacto entre los tres partidos nacionalistas será un hecho muy en breve. Un estrecho colaborador del secretario general del PSE y vicepresidente del Gobierno en funciones, Ramón Jauregui, rechazó ayer la posibilidad de un nuevo intento para pactar con el PNV.

La hipótesis de un gesto para reabrir el diálogo con el PSE-PSOE había sido lanzada por el presidente de EE, Juan María Bandrés. Según Bandrés, aún existe desacuerdo con EA sobre el reparto de carteras. Desde el PSE el intento del presidente de EE fue calificado de "simple zascandileo" y atribuido "a la difícil situación en que queda el sector de EE Renovacíón Democrática, al que Bandrés pertenece, tras su decisión de plegarse y subordinarse al PNV".

El portavoz de la ejecutiva peneuvista, Joseba Eguibar, también salió al paso de las declaraciones de Bandrés. Según Eguibar, desde que el viernes se iniciaron las conversaciones formales con Eusko Alkartasuna no existe posibilidad de reabrirlas con el PSE "más que cómo hipótesis en caso de un nuevo fracaso".

Dirigentes de Euskadiko Ezkerra pertenecientes a Auñamendi, la otra gran corriente del partido, manifestaron sorpresa por las afirmaciones de su presidente. Bandrés, señalaron, no ha asistido a ninguna de las sesiones negociadoras con Eusko Alkartasuna y su afirmación sobre el desacuerdo en torno al reparto de las consejerías no tiene fundamento porque la cuestión aún no ha sido abordada.

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