El rey Hussein pide que cese el fuego en el Golfo
ANTONIO CAÑO ENVIADO ESPECIAL, El rey Hussein pidió ayer un cese del fuego en el Golfo, pero advirtió que si una escalada del conflicto implica a Jordania en la guerra su país "se defenderá con todos los medios a su alcance" y solicitará la ayuda de otros países árabes. Preocupado por la marcha de los acontecimientos, el rey justificó el ataque de Irak contra Israel y pidió a Estados Unidos y a sus aliados que detengan la guerra para buscar "una solución diplomática y política que todavía es posible".
La conferencia de prensa fue un perfecto resumen de la angustiosa situación en que se encuentra Jordania, geográfica y políticamente atrapada en medio del conflicto entre Israel e Irak. Hussein rehuyó toda definición clara de la posición jordana, buscando un equilibrio casi imposible entre las buenas relaciones de su régimen con las potencias occidentales implicadas en la guerra y el claro alineamiento proiraquí de la inmensa mayoría de la población jordana.La guerra ha provocado una situación tan fluida en Oriente Próximo que cualquier desarrollo es posible. Jordania es el país árabe más vulnerable en el caso de un conflicto generalizado con la participación de Israel.
El rey Hussein reconoció que "el futuro de Jordania es incierto" y, aunque declaró que su Gobierno "ha buscado y seguirá buscando una salida pacífica", admitió que los vientos de la guerra se acercan a Ammán.
Ante la posibilidad de que los aviones israelíes crucen el cielo jordano para una misión de represalia contra Irak, el monarca hachemita manifestó que su país "defenderá su soberanía, su territorio y su espacio aéreo con todos los medios a su alcance". Hussein sugirió incluso la posibilidad de que la amenaza para Jordania sea tal que su Ejército no cuente con los medios para defender el país por sí solo, en cuyo caso, dijo, pediría la colaboración de otros países árabes, pensando fundamentalmente en Siria.
Alianza árabe-occidental
La entrada de Jordania en la guerra sería definitiva para la ruptura de la coalición árabe-occidental contra Irak. Siria y Egipto, que han ratificado su permanencia en la alianza si Israel contesta a los ataques iraquíes, difícilmente podrían mantenerse en esa posición si la casi indefensa Jordania, de población mayoritariamente palestina, es objeto de un ataque por parte de Israel.
El rey Hussein hizo ayer verdaderos encajes de bolillos para no romper el delgadísimo hilo que une a Jordania con la paz, y en todo momento intentó no tornar partido por ninguno de los dos bandos enfrentados.
El monarca jordano justificó que "un país atacado con los mayores medios militares desplegados desde la II Guerra Mundial" tenía que buscar una salida como el ataque contra Israel. No pudo dar satisfacción al presidente George Bush, quien un día antes había manifestado que le gustaría ver, por parte de Jordania, "una mayor comprensión del papel jugado por Estados Unidos".
Sin embargo, trató de no aparecer tampoco como un aliado de Irak. Recordó que había realizado todos las gestiones a su alcance para conseguir la retirada de las tropas iraquíes de Kuwait y trató en todo momento durante sus declaraciones de situar en un mismo nivel a todos los que habían optado por soluciones militares.
Pero Hussein no puede separarse de la realidad de un pueblo que sentimentalmente respalda el liderazgo de Sadam Hussein y que le exige a su rey ponerse al lado de Irak. Cualquier desviación del jefe del Estado jordano hacia una posición excesivamente prooccidental podría encender la mecha de una revuelta interna, evitada durante 20 años.
El rey advirtió a las potencias occidentales que la paz verdadera sólo puede conseguirse mediante la solución del problema palestino y coincidió con Sadam Husein en el que la crisis de Oriente Próximo tiene un carácter global en el que "el conflicto árabe-israelí, palestino-israelí, es de importancia prioritaria El nuevo orden que tratan de imponer tiene que contar con les palestinos", declaró.
La mayoría de los 100.000 hombres del Ejército jordano está actualmente desplegada a lo largo de la frontera con Israel, pero el rey reconoció que también hay tropas en la frontera con Irak, aunque añadió que "no hay nada que indique que exista una amenaza por ese lado".
La generalización de la guerra, con la participación de Israel, crearía las condiciones propicias para que los gobernantes israelíes cumplan con su deseo de expulsar de los territorios ocupados en dirección a Jordania a la mayor parte de la población palestina. El rey sabe que una medida así pondría en peligro la propia supervivencia de Jordania y condenaría a su país a una guerra casi imposible de ganar.
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