El único árabe que osó bombardear Tel Aviv
Nada fue dejado al azar. La aparente falta de respuesta iraquí a la Operación Tormenta del Desierto lanzada anteayer se reveló como un cálculo maquiavélico. Bagdad no había sido destruido y respondía lanzando sus misiles sobre Israel, granjeándose las simpatías de las masas árabes y ganando, una vez más, tiempo sobre sus enemigos.Los israelíes pasaron por el trauma de tener que utilizar, por vez primera, las máscaras de gas. Después de que algunos tacharan sus amenazas de simples bravatas, el efecto propagandístico estaba conseguido. Sadam Husein acababa de convertirse en el único dirigente árabe que se ha atrevido a bombardear Tel Aviv.
Tal acción puede significar el principio de un cambio radical en las alianzas establecidas en la zona. De momento, le ha granjeado la simpatía de las poblaciones árabes, incluida la de un país tan enfrentado a él como Egipto. "Es lo único que ha hecho bien Sadam", aseguraba ayer una joven ama de casa que. aprovechaba la festividad musulmana del viernes para pasear a su hija pequeña. "Eso es un hombre", manifestaba henchido de orgullo el portero de un inmueble, que se sentía vengado por la humillación que significó la derrota de su país por los soldados de la estrella de David.
"Invadir Kuwalt fue un error, pero disparar a los israelíes cae bien en cualquier momento y sea quien sea el que lo haga", declaraba un ciudadano sirio, expresando una actitud bastante extendida entre la población de su país.
El Gobierno de Damasco, que, a diferencia del de El Cairo, no admite el derecho de Israel a responder ante un eventual ataque, mantuvo silencio a la espera, sin duda, de la reacción del Gobierno de Tel Aviv.
"Ya no se rinde", afirman fuentes militares occidentales destacadas en la zona, mientras observan con admiración el dominio del tempo logrado por el líder iraquí. El ataque con misiles convencionales ha abierto el camino de una guerra escalonada de defensa que no necesariamente implica ausencia de armas más peligrosas. "Se trata de un combate psicológico. Ha creado el pánico y dejado la puerta abierta a la utilización de otras armas", manifestó el mismo interlocutor.
La ausencia de reacciones oficiales rápidas en las capitales árabes fue el mejor signo de la situación en que les ha colocado la audacia de Sadam. "Ni hay reacción ni va a haberla hasta ver que hace Siria, están asustados", explica un diplomático europeo acreditado en El Cairo, ante el mutismo gubernamental.
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