George Bush pide a Israel que no ataque Irak

Estados Unidos cree que Israel no lanzara en estos momentos una acción punitiva contra Irak para responder al ataque de misiles iraquíes que sufrió el jueves, a pesar de una alarmante declaración del ministro de Defensa israelí, Moshe Arens, que anunciaba una represalia contra Irak en una fecha no especificada. En una conferencia de prensa en la Casa Blanca, el presidente George Bush dio a entender que las gestiones emprendidas por Washington cerca de Jerusalén, poco después del ataque, para que la aviación israelí se abstuviera de lanzar un ataque habían dado su fruto.

Bush agradeció ayer a Israel "la moderación que ha demostrado desde el comienzo" de la crisis del Golfo y manifestó que los dos Gobiernos mantenían consultas intensas y confidenciales sobre el asunto. "Pienso, que, como nosotros, los israelíes no desean una ampliación del conflicto; aunque, evidentemente, están dispuestos a proteger sus centros de población", añadió.El presidente reveló que había pedido a los mandos del Pentágono que impartieran las órdenes oportunas a los jefes militares en el Golfo con el fin de destruir las plataformas móviles de lanzamiento de misiles en poder de Irak.

Poco antes de que el presidente hablara con los periodistas, el comandante supremo aliado, general Norman Schwarzkopf, anunció en Arabia Saudí que las plataformas de misiles constituían el blanco prioritario de la coalición. El responsable sobre el terreno de la Operación Tormenta del Desierto anunció que seis plataformas habían sido destruidas en los ataques de la aviación aliada, pero que aún le quedaban a Irak un número no especificado de lanzadores móviles.

El argumento utilizado por los norteamericanos para convencer a Israel de que se abstuviera de lanzar un ataque contra Irak fue precisamente que los aviones norteamericanos tratarían por todos los medios de destruir cuanto antes el potencial balístico iraquí.

Poco después de que hablara Bush, y en la primera reacción oficial del gobierno de Tel Aviv tras el ataque iraquí, el ministro de Defensa, Moshe Arens, manifestó que Israel "reaccionaría" con toda seguridad a la agresión, aunque se negó a revelar cuándo. "Supongo que no esperarán ustedes que les comunique la fecha", dijo Arens, "pero hemos dicho que atacaríamos si se nos atacaba y hemos sido atacados".

A pesar de esta preocupante declaración, funcionarios de la Casa Blanca expresaron su convicción de que Israel no lanzaría una acción de represalia, que pondría en peligro la cohesión de la coalición en los momentos actuales. Según estos funcionarios, las declaraciones de Arens suponen más la afirmación del derecho de Israel a defenderse que una amenaza de represalia inmediata.

Estados Unidos pidió a Israel el jueves que "no hiciera el juego" al presidente iraquí Saddam Hussein y se abstuviera de emprender una acción de represalia contra Irak. La petición norteamericana fue formulada personalmente al primer ministro israelí, Isaac Shamir, por el secretarlo de Estado, James Baker, en una conversación telefónica mantenida desde la Casa Blanca poco después de que el Pentágono confirmara que ocho misiles Scud habían alcanzado a Israel.

Indignación

Momentos antes de la conversación entre Shamir y Baker, la Casa Blanca facilitó un comunicado, en el que el portavoz presidencial, Marlin Fitzwater, expresaba la "indignación" del presidente George Bush por el ataque, y su condena "por esta nueva agresión de Irak". "Las fuerzas aliadas en el Golfo atacan en estos momentos los silos iraquíes y otros objetivos en la zona", añadió Fitzwater.

Después de hablar con Shamir, Baker convocó en el Departamento de Estado a losembajadores de los países árabes que componen la coalición, entre ellos los de Arabia Saudí, Egipto y Siria, para preguntarles sobre la posición de sus respectivos Gobiernos ante la posibilidad de una represalia israelí.

La esperanza estadounidense de que los países árabes se mantendrían en la coalición se vio reafirmada por sendas declaraciones procedentes de El Cairo y de Riad en la mañana de ayer, según las cuales egipcios y saudíes estaban dispuestos a admitir el derecho de Israel a defenderse de un ataque y a lanzar una accion de represalia, "sÍempre que ésta fuera mesurada y se limitara a objetivos militares en Irak",

Entretanto, y a pesar de las diarias manifestaciones de protesta contra la guerra que se registran en varias ciudades norteamericanas, con particular violencia en la ciudad-protesta por excelencia, San Francisco, los ciudadanos estadounidenses se muestran en los dos primeros días de combate sólidamente detrás de la acción ordenada por su presidente.

Una encuesta publicada ayer por el periódico The New York Times revela que el 78 por ciento de los preguntados apoyaba el ataque ordenado por Bush frente a un 18 por ciento que se mostraba a favor de haber continuado las sanciones. Los datos de la encuesta, encargada por el New York Times y la cadena CBS, contrastaban con otros publicados la semana anterior al ataque, en la que el número de norteamericanos a favor y en contra de la guerra estaba dividido por igual en torno al 47 por ciento.