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Chicharros y Tomahawk

Tornado, Sparrow, Tomahawk, Jaguar, Tomcat, Apache, B-52, F-15, AWACS son entre otros los nombres que inundan la terminología bursátil de las últimas horas en sustitución de la tradicional jerga inversionista, sembrada, desde luego, por el seco modismo anglosajón. Lo más parecido a los veloces raids de los aviones Tornado puede ser en Bolsa un short covering; es decir, una toma en corto para cubrir depreciaciones anteriores. El paralelo más aproximado de los misiles Tomahawk es la compra de un chicharro -un valor caliente pero inseguro- por su gran rentabilidad a corto plazo, aunque entraña el enorme riesgo de su volatilidad.Los analistas más osados opinan que es el momento de los tiburones (raiders) porque a río revuelto pueden adquirirse activos a precio muy moderado. Todos los raiders necesitan la misma munición esencial: gran cantidad de dinero prestado, y en este sentido su acción se ajusta en términos militares a los veloces cazabombarderos. Por último, el blue chip -valores estrella en las bolsas- es lo más parecido a los mortíferos B-52. Así pues, la inanición de los mercados de acciones ha cedido la aldea global al juego de la guerra con miles de muertos.

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