Desconcertados
En el mercado de valores madrileño reina el desconcierto. Nadie se atreve a tomar una posición clara de inversión o desinversión. Quien ha renunciado a la renta variable, hace semanas que se ha despedido. Quien permanece, espera acontecimientos. A falta de pocos días para que expire el ultimátum de la ONU a Irak, los mercados permanecen a la expectativa, tensos y casi inmóviles.Los volúmenes de negocio volvieron ayer por donde solían, es decir, a mínimos, tras una jornada -la del jueves- de cierta recuperación. Con noticias preocupantes del Este, de Oriente y de Occidente, las escasas y tímidas tomas de posición en valores muy concretos fueron rápidamente contrarrestadas por el papel.
La mayor parte de los inversores encaran la próxima semana en actitud de guardia, prestos a reaccionar con rapidez a poco que los acontecimientos se precipiten. No falta quien asegura que las próximas semanas no serán tan átonas. En caso de paz o en caso de guerra, los mercados deberán reaccionar.
Lo peor, según los habituales, sería continuar como hasta la fecha: sin asideros y contemplando cómo la crisis se generaliza. En este contexto, ayer, sólo los grupos químico, alimentario y varios se apuntaron discretísimos avances en las cotizaciones.