Los a uyuntamientos turísticos, ¿los convidados de piedra?

El autor defiende la actuación de los ayuntamientos turísticos en los últimos años, aunque reconoce que no colaboraron en la medida suficiente al equipamiento de infraestructuras en los años delboom turístico. Con todo, el autor aplaude "el esfuerzo" realizado por el Libro Blanco del Turismo en el análisis y diagnóstico de los problemas y las posibles soluciones de este sector.

La Secretaría General de Turismo ha realizado un notable esfuerzo en la realización del Libro Blanco. En él se describe la situación del sector, se efectúa el consiguiente análisis y diagnóstico y se establecen unas estrategias de futuro que se concretan en 30 líneas de actuación que "pueden servir de pauta a la hora de tomar decisiones". Y, como se indica en su presentación, "la utilidad del presente documento ( ... ) vendrá determinada por la colaboración y los compromisos formales que se adquieran entre los diferentes agentes, públicos y privados, directamente implicados".Una de las ideas motrices que se manifiestan a través del Libro Blanco es la necesidad de mejorar nuestro producto turístico. Producto que "no se define sólo a partir de las prestaciones que ofrecen los establecimientos, sino, también, con el concurso del contexto medio ambiental, paisajístico y urbano y el nivel alcanzado por las infraestructuras y equipamientos ( ... ), que se han catalogado como tres de los problemas básicos a los que se enfrenta el sistema turístico español a finales del siglo XX". Y,evidentemente, cuando se hace referencia a infraestructuras y equipamientos, todas las miradas y dardos se dirigen a los ayuntamientos turísticos.

Crecimiento desordenado

No se pueden pasar por alto, ni negar, notables actuaciones nefastas de dichos ayuntamientos, especialmente en los años del boom (y, en algunos casos, incluso hoy). Actitudes y actuaciones que han provocado, en muchoscasos, "un crecimiento desordenado y caótico de buena parte de municipios turísticos españoles". Con frecuencia, los planes generales de ordenación urbana o normas subsidiarias "no han tenido en cuenta los problemas anexos a la construcción, ignorando en muchos casos las implícitas necesidades de infraestructuras y equipamientos, así como en la protección del medio ambiente". Y así se han producido crecimientos desordenados, con servicios públicos básicos inexistentes o insuficientes (abastecimiento y tratamiento de aguas, abastecimiento eléctrico, tratamiento de residuos urbanos, etcétera).

Todo lo expuesto por el Libro Blanco, y corroborado por los hechos, es verdad. Sin embargo, a pesar de sus inevitables excepciones, es de justicia el reconocer un cambio generalizado de actitud en la gran mayoría de los ayuntamientos turísticos. Si analizáramos una buena parte de las ordenaciones urbanísticas (PGOU y normas) realizadas en los últimos años, percibiríamos un cambio cualitativo. El interés por evitar un crecimiento desordenado, por mejorar el medio ambiente, por crear y mejorar las infraestructuras y equipamientos, son perfectamente perceptibles. Pero a partir de aquí comienzan los problemas reales: "La insuficiencia fiinanciera de las administraciones locales en zonas turísticas".

Infraestructuras

"Los costes de infraestructura, equipamientos y otros servicios deben realizarse para una población muy superior a la de derecho". Y esta insuficiencia financíera "resulta especialmente grave si tenemos en cuenta que en el turismo, al contrario que en otros sectores, el producto turístico que se vende incluye muchos más componentes (paisaje, infraestructuras y equipamientos,etcétera) que los ofrecidos por los sectores estrictamente turísticos (hoteles, restaurantes, cafeterías, etcétera)". El mismo Libro Blanco considera "que los municipios turísticos españoles tienen una insuficiencia crónica de financiación, que, unida a ciertas deficiencias de gestión, provoca una degradación estético-urbanística que constituye el mayor problema con que se enfrenta actualmente el sector turístico español".

Todos, comenzando por los alcaldes y concejales de los ayuntamientos turísticos, estarán de acuerdo en la descripción de la situación y de su diagnóstico. Más aún cuando el Libro Blanco concreta las "estrategias competitivas tendentes a mejorar su posición dentro de la relación de fuerzas concurrentes", indican explícitamente que es necesario "emprender acciones en profundidad tendentes a realizar importantes inversiones en infraestructuras y equipamientos". Pero, al concluir en las Treinta Líneas de Actuación, no hay ni una sola propuesta, ni sugerencia, que haga referencia a los graves déficit de infraestructuras y equipamientos en los municipios turísticos. Ni una sola línea que insinúe o proponga caminos de solución a la crónica insuficiencia Financiera de las administraciones locales.

Una vez más, los ayuntamientos turísticos son los convidados de piedra. Y, si es verdad -como repite el Libro Blanco- que el mayor problema del sector es el deficiente estado de las infraestructuras y equipamientos y que su causa es la insuficiencia crónica de financiación de los municipios turísticos, todas las buenas voluntades y propuestas incluidas en el Libro Blanco del Turismo pueden disolverse como un azucarillo en el agua si no se buscan y encuentran caminos de solución eficaces a tales problemas.

Antonio Tarabini es sociólogo, asesor de turismo del Ayuntamiento de Palma de Mallorca y director de una empresa de estudios turísticos.