Fun, fun, fun
24 de diciembre. Fun, fun, fun. Soy trabajador autónomo, inicio una jornada laboral más, algo más tarde que lo habitual porque hoy es Nochebuena. Fun, fun, fun. Después de ordenar papeles, me dirijo a las oficinas de Hacienda, administración de San Blas. Son las 10.20. Está cerrado y no hay ninguna indicación al respecto. Fun, fun, fun. ¿Será que todo el personal está como loco preparando devoluciones? Por cierto, a estas alturas del año aún no me han devuelto un duro. (Prestas dinero al Estado, forzosamente, sin intereses y encima te consideran sospechoso. Hacienda somos todos). Fun, fun, fun.Voy al Ayuntamiento de Madrid, Junta Municipal del distrito de San Blas, calle de Torrearías, 2. Unos agentes municipales se están dando un opíparo desayuno. Me dicen que no hay un alma en el edificio. Son las 10.40. Les deseo ¡felicidades! ¿Qué otra cosa puedo hacer? Fun, fun, fun. ¿Se habrán ido los funcionarios a reforzar al sufrido cuerpo de vigilantes de la ORA?, que, eso sí, ateridos de frío los pobres, pero bolígrafo en mano se vengan -sociológicamente hablando- de los ciudadanos motorizados. Fun, fun, fun.
Las once de la mañana voy a la oficina de Correos de la plaza de Luis Calleja, 12, sucursal número 24 y a pesar del cartelito "Abierto días laborables -excepto sábados- de 9.00 a 14.00", ¡sorpresa!, también está cerrado. ¿Estarán todos ayudando a los carteros para que las felicitaciones de Navidad lleguen a tiempo? Fun, fun, fun.
Más datos, Cajamadrid y la oficina principal del Banco Exterior de España sí estaban abiertos. En la oficina de uno de mis clientes hay actividad, reducida ciertamente porque es Noche buena. Fun, fun, fun. No me cabe duda: estamos en un país civilizado. La Administración, de vacaciones, empresas públicas y particulares, trabajando. Fun, fun, fun. Una última reflexión: las autoridades ¿tienen autoridad moral para seguir exigiendo a los ciudadanos un comportamiento cívico, para seguir hablando de apretarse el cinturón?
En cualquier caso, súrsum cordam, ¡muchas felicidades a todos! -incluidos nuestros gobernantes- y un 1991 en que España funcione... (como dijo un candidato a presidente del Gobierno en cierta campaña electoral). Fun, fun, fun.-
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