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Reportaje:EL GOCE URBANO

Todo se compra y se vende

Tres eran tres los magnates orientales que nos enseñaron a pedir por esa boquita cuando se acercaba el día mágico del mes de enero, el 5. Dejar las compras para el último dia también es divertido, escogiendo con cierta originalidad. Así, por ejemplo, American Dreams (calle del Pez, 18), nuestra primera tienda. ¿Osaría usted lucir en su garganta la cabeza de una cascabel disecada a modo de corbata? ¿No le tienta colgar del cabecero de su cama una auténtica mandela india y convertir una noche de amor en una ceremonia kiowa o mohawk?"Vendemos productos típicamente norteamericanos y en exclusiva", cuenta su encargado, Orlando Sarabia. Pendientes y anillos en planta y turquesa, sombreros, camisas de seda y piel, collares de hueso, hebillas, botas norteamericanas hechas a mano... Músicos, vaqueros-rockeros y amantes del made in USA han convertido American Dreams en una tienda de culto donde, entre la sombra de un cacto artificial y el espíritu atormentado de algún gran jefe semimuerto, no resulta difícil ser original, sabiendo lo que eso cuesta. Pero, ¡respiren!, no se paga en dólares.

Tan Tan es otra visita obligada para hacer de las compras lo más parecido a una excursión. Invirtiendo el proceso nació precisamente este coqueto local de arte africano, donde se respira arena, duna y cielo protector.

Iñaki Fernández, Glutamato, y Yeyé recorren el Sáhara en un cuatro latas comprando todo aquello que llama su atención. El arrebato consumista de los recién casados no pudo tener mejores consecuencias. ¿Qué hacer con todo aquello? Venderlo.

Botas y pendientes

Así nace Tan Tan (calle de Monteleón, 11), antiguo taller de carburadores remozado por sus nuevos propietarios y ahora lleno de objetos maravillosos, como botas de piel, pendientes y collares en plata y pedrería procedentes del valle del Draa, kilims originales trabajados por laboriosas fátimas capaces de hilar 10.000 nudos de lana y seda por metro cuadrado de alfombra en un año de paciente tejido. "Gracias a nuestros socios, que viven en Marraquech, podemos ir reponiendo todos los objetos garantizando su procedencia", cuenta Yeyé.

Tampoco está de más practicar la fórmula del autoobsequio. A partir del próximo 15 de enero vuelven Mao y Cathy a El Martillo de Lucifer (calle de San Vicente Ferrer, 28). Expertos en adornar pieles ajenas, tienen ya lista de espera en el teléfono 447 60 57. Si en Japón el tatuaje marca a su portador como un indeseable asesino a sueldo, en Occidente tener tinta en la piel ya no es exclusivo de reclusos y reclutas. Será el único regalo que no debe dejar en testamento. Lucio Corniero recuerda "a un hombre de 70 años que se tatuó una mujer en el pecho. Otros escojen las nalgas, los tobillos, la ingle. Se utilizan bolígrafos que realizan 2.500 pinchazos por minuto y tardan entre una hora y dos horas y media. Los precios, entre 8.000 y 15.000 pesetas". En El Martillo de Lucifer, además de todos los objetos de Harley Davidson, se realizan encargos en cuero, como bolsos, chalecos, camisolas, etcétera.

Compras bajo tierra

Las entrañas de nuestra villa se han convertido en un auténtico centro comercial a precios de gran ganga. En el corazón de la ciudad, en pleno vestíbulo de la estación de Sol, hay un puesto redondo donde estos días se buscan y encuentran pasadores de pelo a 100 pesetas, guantes a 300, medias en lycra y de ballet a 450, pintauñas de colores insólitos a 100, coleteros a 200, pañuelos y pañoletas italianas entre 300 y 1.600 pesetas, lápices de ojos, uñas postizas, bisutería, cajitas, monederos, etcétera.

En la estación de Alonso Martínez, una estudiante de segundo de BUP aprovecha las vacaciones para vender camisetas acolchadas a 3.000 pesetas. "En la calle es imposible, la Policía Municipal te quita todo". Frente a ella, un hombre procedente de Sri Lanka extiende su bisutería en un improvisado mostrador de tela sobre el suelo. "Todo a 300", explica en un mínimo español.

En el metro puede uno confeccionar sus tarjetas de visita en el acto poniendo, si lo desea: "Marlon Brando, calle tal y tal, primero". Hay maquinitas que por 100 pesetas proporcionan, en español y en inglés, datos tan vitales como el peso ideal, el horóscopo para tres días y el biorritmo de una quincena, la dieta con las calorías justas y los números para sus boletos de Lotería Primitiva y Bonoloto. ¿Hay quien dé más?

Llegamos a las últimas compras, ¡por fin! No sólo es la moraleja, sino el nombre de una tienda de artesanía donde se trabaja el regalo a medida. Por Fin (calle del Ángel, 4), es taller de joyería, tienda de regalos y sala de exposiciones. Begoña Domínguez y Patricia Peñuela han optado por "el hierro porque es un material muy agradecido; fuerte y frío, por eso le añadimos color". Hierro en biombos, lámparas, ceniceros, paragüeros, portarretratos, candelabros, percheros, etcétera.

"Hacemos escultura útil, y sólo repetimos un objeto si alguien lo quiere así. También trabajamos el bronce y la pasta de papel, y realizamos trabajos de restauración. Yo creo que trabajar así es tan bonito para el cliente como para nosotros", dicen Begoña y Patricia. Felices compras.

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