Oskorri reúne en un libro 20 años de canciones

La editorial Elkar, de San Sebastián, acaba de publicar Oskorri, ehun ta hamaikatxo kantu (Oskorri, 101 canciones), un volumen dedicado a recoger el trabajo artístico del grupo más profesional y exportable de la música vasca actual. El libro es también un testimonio de la historia reciente de Euskadi, de la que Oskorri ha sido en cierta forma durante 20 años notario, víctima, actor y animador directo.

El volumen presenta las 111 canciones grabadas desde 1975, con letra y música, e ilustraciones de otro artista deudor de la movida antifranquista universitaria del Bilbao de los sesenta, Juan Carlos Eguillor. Todos los textos se publican en cinco idiomas, euskera, castellano, francés, inglés y alemán. Un repaso a las carpetas de los discos, carteles y fotografías de actuaciones destacadas y los acordes de guitarra para facilitar la interpretación de las canciones sin necesidad de saber solfeo completan el trabajo.Oskorri nació en Bilbao, alejado de las influencias que dieron origen en Guipúzcoa a la generación más clásica de cantantes en euskera, de Ez Dok Amahiru (No Somos Trece) y a la sombra del mejor poeta contemporáneo en lengua vasca, Gabriel Aresti. Sus componentes han cambiado con el tiempo, aunque algunos, incluido Natxo de Felipe, el líder de la banda, caminan musicalmente con el grupo desde 1971.

Once discos de gran duración, dos de ellos dobles, giras por toda España y por Europa hasta la Unión Soviética, y una capacidad de convocatoria popular masiva y permanente en el País Vasco ha sido hasta ahora el resultado del trabajo de estos músicos. Una revisión de sus grabaciones, desde las más antiguas, pone de relieve su capacidad para renovar sin traicionarlas melodías populares y para recuperar instrumentos tradicionales, al mismo tiempo que integran toda clase de influencias actuales en una obra que resiste sin rechinar el paso de los años.

Oskorri es un fenómeno musical atractivo también por su sentido innato de lo popular, cultivado inteligentemente durante las actuaciones en público. Durante estos 20 años han conseguido divulgar letras de poetas importantes y levantar banderas reivindicativas sin olvidar nunca la ironía y el humor. La vocación popular les sigue llevando a practicar de vez en vez la música callejera, sin aviso previo, en el casco viejo de Bilbao, "para alentar esa buena costumbre de que la gente cante".

Popularidad

En el País Vasco muchas de las canciones de Oskorri, desde la primera, Aita-semeak (El padre y los hijos), han alcanzado esa difícil cima de la popularidad consistente en sonar en boca de varias generaciones sucesivas hasta que la mayoría pierde conciencia de quiénes son sus autores.El libro no es un testamento ni siquiera un alto en el camino. Oskorri comenzará a preparar en breve nuevo material para iniciar giras en primavera y grabar un nuevo disco. La idea de publicarlo, explica Natxo de Felipe, se debió "a la agradable palmada que sufrimos hace años de centenares de personas pidiéndonos partituras". Oskorri seguirá componiendo y cantando por las plazas, añade, "mientras podamos seguir siendo honrados con nosotros mismos y con nuestro trabajo, es decir, divirtiéndonos con lo que hacemos".