Una comisión parlamentaria examina la acusación de alta traición contra Cossiga
La comisión conjunta de las dos Cámaras del Parlamento italiano encargada de juzgar a los políticos tuvo ayer su primera reunión preparatoria. El orden del día era estudiar la convocatoria de una sesión plenaria para examinar las acusaciones formales de "alta traición a la Constitución" contra Francesco Cossiga, formuladas por el partido de la izquierda Democracia Proletaria (DP) por la supuesta actuación ilegal del jefe del Estado en relación con la red clandestina Gladio, que ha funcionado durante décadas en varios países europeos occidentales como dispositivo de defensa a ultranza contra el comunismo.
Tratándose de una petición oficial de inculpación del jefe del Estado por parte de un partido político, la comisión parlamentarla no tiene más remedio que reunirse.Sin embargo, la hipótesis más probable es que la comisión acabará archivando el asunto, pues se trata de un proceso no sólo político, sino también penal. Harían falta documentos probatorios evidentes que, por el momento, no han sido presentados, según el senador comunista Francesco Macis, presidente de la comisión parlamentaria. Macis añadió que los demoproletarios dan por probadas cosas de Cossiga que aún se desconocen.
Los comunistas
El problema más delicado es el del Partido Comunista Italiano (PCI). Días antes de que Democracia Proletaria, a la izquierda del PCI, decidiera pedir el procesamiento de Cossiga había sido precisamente el secretario comunista quien lanzó acusaciones durísimas contra el jefe del Estado. ¿Se unirá ahora el PCI al pequeño grupo de Democracia Proletaria o echará marcha atrás?
Mientras tanto, ha estallado una nueva saga, por lo que se refiere a los documentos secretos sobre Gladio y el frustrado intento de golpe de Estado del llamado Plan Solo (Solo porque sólo se contaba con los carabineros), conspiración que en 1964, pretendió evitar los primeros experimentos de centro-izquierda. El Gobierno de Andreotti ha prometido entregarlos al Parlamento para primeros de año con motivo del debate sobre Gladio.
Uno de los documentos esperados con mayor curiosidad ha desaparecido misteriosamente. Nadie lo encuentra por ningún lado. Se trata de la lista de 700 personajes ilustres del mundo político, económico, sindical y de la información que el general De Lorenzo había decidido deportar a Cerdeña el día mismo del golpe que tenía como finalidad volver a un régimen autoritario en Italia en 1964. Sólo había tres ejemplares de la lista y no se encuentra ninguno. En la lista, al parecer, figuraba hasta Pier Paolo Pasolini.
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