Kurt Masur
Director de orquesta y Europeo del año
Kurt Masur, director de la Orquesta Filarmónica de Leipzig, fue elegido recientemente en París Europeo del año, por un jurado integrado por diferentes medios, entre los que se hallan el semanario francés La Vie -promotores de la distinción- y EL PAÍS. El jurado valoró en el artista su valor civico al abanderar la protesta democrática en Leipzig en octubre de 1989, que tanto contribuyó al fin de la dictadura en la RDA.En una conversación que representantes del jurado han sostenido con Masur, el músico rechaza cordialmente cualquier tentación heroica: "Sólo he contribuido junto con otros a hacer emerger una aspiración común de libertad. Ése fue mi papel y mi ideal, el mismo que me anima cuando dirijo. Los acontecimientos de la Europa del Este han probado que el arte y la cultura deben jugar un papel moderador en la sociedad, e inspirar a los profesionales de la política".
Nacido en 1927 en la pequena localidad de Brieg, Silesia, tiene su primer gran encuentro con la música a los 16 años, al escuchar en Breslau (hoy la Wroclaw polaca) la novena sinfonía de Beethoven. Estudiaba piano y violonchelo en esta ciudad, pero jamás había pensado hacer de la música su vida. A los 17 años viste durante unos meses el uniforme del Ejército alemán, abocado a la derrota en la II Guerra Mundial. Es hecho prisionero y sólo puede reencontrarse con sus padres en la Navidad de 1945 en Magdeburgo, Alemania Oriental. "Al final de la guerra las condiciones de vida eran muy duras. Tocaba por las noches para ganar unos céntimos y estudiaba Beethoven por la mañana. Aprendí entonces lo que era ser artista, es decir, mantener un íntimo contacto con las dificultades del ser".
Su primera vocación fue la de pianista, pero la fractura de un dedo puso fin a sus esperanzas. En 1948, a los 21 años, es jefe de ensayos en Halle, Sajonia, y debe hacer de todo: sustituir a un cantante, reemplazar a un instrumentista, ayudar con los decorados. Comienza así una larga carrera hasta obtener en 1970 la dirección de la gran institución de Leipzig.
Su dedicación y honradez artística mueven al respeto a las autoridades comunistas. Jamás se afilla al partido: "¿Cómo se puede ser comunista y dirigir al mismo tiempo La Pasión según san Mateo?". Con todo, en 1964 tiene que dimitir como director de la Opera Cómica de Berlín, y durante tres años se le prohíbe viajar al extranjero.
El 7 de octubre, la conmemoración del 401 aniversario del nacimiento de la RDA se convierte en una manifestación contra el régimen. Hay heridos en Dresde y Le1pz1g. "Era el primer enfrentamiento grave entre el pueblo y la policía". El día 9 los carros blindados rodean Leipzig, y las fuerzas de seguri:dad se concentran en la Karl Marx Platz. "Un sacerdote me previno. El Gobierno había ordenado reprimir la manifestación que seguiría a la oración por la paz. Ese día yo tenía un concierto por la noche. La ciudad estaba como electrizada". Exige entrevistarse con representantes de la autoridad para impedir que se produzca la tragedia y obtiene de sus interlocutores la redacción de un texto en el que se exhorta a la calma. El propio Masur lee la proclama a las seis de la tarde. La manifestación se produce sin incidentes.
Convertido en un símbolo de la protesta, Masur es solicitado por los nuevos partidos democráticos para que se dedique a la política. "La presión fue muy fuerte cuando me pidieron que aceptara la presidencia de la República". En ese momento aún no parece inminente la un¡ficación alemana, y Masur tiene un porvenir político que rechaza. "Pero jamás abandonaría la música. No me vería a mí mismo vistiendo el uniforme del político, para luego trocarme en director de orquesta y ejecutar a Bach o Beethoven. Por ello seguiré siendo siempre un músico. Es el mejor oficio del mundo".
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