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Entrevista:LA POLÉMICA DEL CATASTRO

"Cuando uno cree lo que hace hay que insistir"

Pregunta. ¿Cómo le ha dejado esta batalla, señor Borrel?. ¿No está lo suficientemente cansado como para pensar en dimitir?Respuesta. La dimisión es una tentación cotidiana, sobre todo cuando se llevan siete años en el cargo. Pero cuando uno cree en lo que hace, las dificultades para intentar conseguirlo no constituyen una razón para dimitir, sino para insistir. Mi obligación es volver a explicar los objetivos y las razones para conseguir el apoyo social necesario para intentarlo otra vez sobre bases más sólidas.

P. ¿Por qué el Gobierno decide finalmente retirar la revisión del catastro. Por estar en vísperas de elecciones municipales, como se ha dicho, o porque se vió desbordado por la presión social?

R. Ha sido una decisión prudente y sensible a la inquietud creada por las informaciones contradictorias que sobre las consecuencias fiscales de esta revisión estaba recibiendo la sociedad española. Cuando amplias capas de población están preocupadas por una medida cuyos efectos redistributivos les benefician, es necesario pararse y explicarla mejor antes de seguir adelante en su aplicación.

P. Pero ¿era políticamente sensato intentar llevar a la práctica una medida tan polémica antes de las municipales?

R. El principal error ha sido plantear el problema como un proceso administrativo, cuando se trataba de un gran debate político. En cuanto a las elecciones, es cierto que la Federación de Municipios argumentaba que el ambiente preelectoral iba a hacer imposible una explicación de la medida y que ésta iba a ser pasto de todas las demagogias. Pero si tanto nos preocuparan las elecciones no lo hubiésemos planteado antes ni hubiésemos mantenido la necesidad de hacerlo después de explicarlo mejor. Por otra parte, en este país hay elecciones cada año hasta el año 2000.

P. ¿Por qué se ha vendido tan mal este proyecto?

R. La información ha sido claramente insuficiente. Y, en todo caso, la que pretendíamos dar se ha visto desbaratada por una oleada de desinformación y de demagogia que creó una confusión que ya no era racionalmente posible superar.

Ignorancia o mala fe

P. ¿Como comparar la revisión del catastro con el poll tax de Thatcher, por ejemplo?R. Hace falta mucha ignorancia o mala fe para comparar el poll tax, un impuesto sobre las personas, que lo paga igual todo el mundo, cualquiera que sea su renta o su riqueza, con un intento de medir mejor el valor de la riqueza inmobiliaria de cada contribuyente. Pero, en general, me refiero a los que no tuvieron ningún escrúpulo en decir: "Le triplican el valor de sus bienes inmuebles, luego prepárese que le van a triplicar sus impuestos locales, autonómicos y estatales".

P. Quizás tanto como a triplicarse no, pero que subían los impuestos, al menos los municipales, era una idea generalizada.

R. No se trata de recaudar más, sino de redistribuir mejor la carga impositiva. En el fondo el problema es que se puede recaudar lo mismo, pero no todo el mundo paga lo mismo.

P. Pero, ¿no cree que el temor a la subida podía estar justificado?. Al fin y al cabo, las consecuencias fiscales del nuevo valor dependían de las decisiones de los ayuntamientos, y nadie garantizaba cuáles fueran a ser.

R. Ni el ministerio ni el Gobierno pueden garantizar el uso que los ayuntamientos hagan de su autonomía. El impuesto sobre bienes inmuebles, o la contribución urbana, que suena más familiar, es el resultado de multiplicar el valor del inmueble, que determina Hacienda a través del catastro por un tipo impositivo que fija, dentro de ciertos límites legales, el Ayuntamiento. El resultado final de un cambio en el valor depende del tipo que fije el Ayuntamiento. Pero ésta es la forma de dar contenido a su autonomía financiera y al ejercicio de su responsabilidad política en materia fiscal.

Para mí ha sido una sorpresa constatar cómo este modelo político es rechazado por muchos ciudadanos. He escuchado muchas veces estos días: "Con esta medida me pone usted en manos de mi alcalde y no me fío de lo que pueda hacer". Pero para esto están las elecciones.

P. ¿Cómo redistribuye el valor catastral la carga impositiva?

R. Si la suma de los valores de los inmuebles se multiplica por tres y el alcalde decide dividir el tipo por tres, obviamente recauda lo mismo. Pero no todos los valores catastrales se han multiplicado por tres, porque no todos estaban igualmente alejados de su valor económico real. Unos se habrán multiplicado por dos y otros por cuatro. Luego unos [a los que el valor les ha subido por encima de tres] pagarán más, pero otros [los que en la revisión suben menos de tres veces] pagarán menos y la carga tributarla se distribuirá de una manera más acorde con el valor de la riqueza gravada.

P. ¿Quiere decir entonces que aunque a todos le suban el valor del piso o el local, hay quien puede llegar a pagar incluso menos contribución urbana?

R. La revisión catastral no aumenta necesariamente la presión fiscal municipal. Sólo la redistribuye. En Valladolid, por ejemplo, con el tipo que había fijado su Ayuntamiento para compensar la subida del catastro, el 84% de la población pagaría igual o menos, y sólo el 16% tendría que pagar más contribución urbana. Y en otra ciudad, Sevilla, el efecto redistributivo es notable. Allí el incremento medio del valor global del catastro es del 2,8, pero en un barrio popular, como el Polígono Norte, los valores se incrementan la mitad que en un barrio de renta alta, como Los Remedios.

Ya ve que los tecnócratas insensibles atrincherados en nuestros despachos de marfil nos preocupamos también de la redistribución de las cargas fiscales. Posiblemente nos hemos explicado mal. Pero le aseguro que algunos lo han entendido perfectamente y han seguido intoxicando según les convenía.

P. Según esto, la oposición de muchos ciudadanos a la revisión catastral era ir contra sus intereses.

R. Todo aquel cuyo valor catastral sube menos de la media gana desde el punto de vista de los impuestos mun IcIpales El que sube más de la media pierde.

P. Parece que poco gente lo ha creído.

R. No es un problema de fe, sino de razón. Cualquier ciudadano puede y debe recurrir si cree que su valor catastral no representa adecuadamente el valor de su inmueble. Pero recurrir creyendo que todo aumento del valor catastral aumenta automáticamente los impuestos es fruto de una desinformación que no hemos podido superar.

El 'statu quo'

P. Y ahora, ¿qué va a ocurrir?R. Pues que nos quedamos como estamos. Seguimos prisioneros de lo que ya Galbraith denominaba la "tiranía del statu quo". Seguimos repartiendo las cargas tributarlas en los impuestos locales, de una forma escasamente equitativa.

P. De eso también se beneficiará alguien.

R. Los que están brindando por la paralización de la revisión catastral son los propietarios de inmuebles de valor muy elevado, por ejemplo en la milla de oro de Marbella o de zonas residenciales de lujo de la Costa Brava o de algunas ciudades.

P. Pero esos son los menos. Y si la mayoría sale, como dice, beneficiada, ¿cómo es que no ha ido conseguido imponer su criterio.

R. En todo proceso de cambio pesan más las resistencias de los perjudicados que los apoyos de los beneficiados, pero en este caso los beneficiados no se han enterado y creían que iban a ser perjudicados. Eso es lo que diluye el entusiasmo reformador: las dificultades de explicar objetivos y razones en una sociedad saturada de comunicación y cada vez más falta de información.

Mayor debate

P. ¿Y por qué esperan a que se arme tanto lío para zanjar el tema?. 6No hubiera sido mejor un debate previo y un mínimo acuerdo?R. Es cierto que una medida de este tipo hubiera requerido un debate social previo y el mayor consenso posible. Pero es difícil consensuar reformas que benefician a unos grupos sociales en detrimento de otros. La razón de haber detenido la revisión y de replantear su viabilidad en el futuro es precisamente el no haber conseguido transmitir a la sociedad española el equilibrio de beneficios y perjuicios que tal medida llevaba consigo. Habrá que trabajar políticamente para efectuar ese debate y, desde luego, involucrar y corresponsabilizar más a los ayuntamientos y comunidades autónomas.

P. Políticamente quien ha trabajado el tema ha sido el Partido Popular, y, de momento, con éxito

R. El PP trata de extraer una ventaja electoral de tal actitud porque cree que el temor social que ha contribuido a generar aumentará sus votos. Es, sin embargo, triste observar cómo los representantes políticos de grupos sociales que iban a ser beneficiados por el cambio se han sumado a la demagogia descalificadora. Esto me hace ser muy excéptico sobre las posibilidades reales de desarrollar un debate con sentido y con contenido.

P. ¿Cómo será la próxima revisión catastral?

R. No puede ser una repetición mecánica de la que ahora se ha anulado. Tampoco hay que precipitarse en hacerla antes de conseguir un mayor consenso político, mayor comprensión social y mayor corresponsabilidad de todas las administraciones.

Habrá que detectar y corregir los problemas de valoración y del sistema de información y notificación. Informar a la vez de los cambios en el valor y en los tipos para que se pueda ver el efecto en los impuestos. Revisar si el grado de aproximación al valor de mercado debe ser el 70%, el 60% o el 50%, teniendo en cuenta su efecto en todos los impuestos. Quizá sea necesario modificar algunas leyes. Pero teniendo en cuenta que el anterior fracaso de una revisión catastral en España fue en 1906, y que desde entonces nadie lo volvió a intentar, un retraso de dos años puede que no sea demasiado.

Dinero negro

El catastro y la reforma fiscal

P. ¿Por qué es tan importante revisar el catastro?R. Fundamentalmente porque con unos valores catastrales tan ridículos como los que tenemos, el dinero negro seguirá refugiándose en los bienes inmuebles. Un valor catastral cercano al de mercado impide ese colchón para el dinero que no tributa. El catastro, además, es una imponente base de datos para la planificación urbanística. Es, o debería ser, una foto viva del parque inmobiliario del país.

P. ¿Pero los nuevos valores no incurren en injusticias como hacer pagar más a los jubilados por la revalorización de unos pisos a los que no les sacarán ningún rendimiento"

R. El catastro sólo trata de valorar los bienes inmuebles per se. No puede saber cuál es la riqueza personal de sus propietarios. Piense que en una casa hoy vive una persona y mañana otra. Se trata de la base para un impuesto, sí quiere imperfecto, porque sólo considera el valor del inmueble en cuestión, viva dentro de ese inmueble el propietario o no viva, tenga o no tenga otros elementos constitutivos de capacidad económica. Por eso no es la base de un impuesto progresivo.

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