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La red del fraude del IVA de Gijón afecta a más de 300 empresas y 2.000 millones

Más de 300 empresas están implicadas en la compra o emisión de facturas falsas de la red asturiana del llamado fraude del IVA, según se desprende de las conclusiones del sumario que se hizo público ayer, iniciado por el titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Gijón, Ignacio Ráfols. El fraude, que puede superar los 2.000 millones de pesetas, afecta también a empresas de Madrid, Málaga y Logroño.

De esta cifra, 29 sociedades aparecen como presuntas emisoras de facturas falsas, mientras que el resto son clientes de la trama desarticulada, de la que Carlos Bustos, de 54 años, aparece como el cerebro de la misma, y en la que también están implicados otros cuatro industriales.A su vez, Carlos Bustos acusa a Luis Miguel Martínez Sahagún de ser el organizador de las operaciones fraudulentas y de haber falsificado facturas, dada la crítica situación económica de su empresa, según se desprende de sus primeras declaraciones ante el juzgado número 2 de Málaga, ciudad en la que fue detenido.

Según las investigaciones judiciales, entre las 300 empresas implicadas hay sociedades industriales asturianas, así como de Logroño, Madrid, Málaga y otras ciudades.

El cerebro de la operación aseguró en sus primeras declaraciones en Málaga que había percibido por estas operaciones unos 20 o 25 millones de pesetas.

aros Bustos reconoció en sus declara iones su implicación en la trama defraudadora, pero sostiene que en ningún momento lo hizo por afán de lucro.

O pagar o defraudar

El informe realizado por la comisaría de policía de Gijón apunta que los supuestos delitos de fraude del IVA podrían ascender amás de 2.000 millones de pesetas. Bustos declaró el 22 de noviembre pasado ante el juez malagueño que no se había enriquecido con las operaciones efectuadas y que todo empezó como consecuencia de la situación que se le planteó al elegir entre poder pagar a los trabajadores de su empresa o hacer frente a sus obligaciones fiscales, debido a que su empresa no generaba suficientes beneficios para cumplir con ambas obligaciones, la salarial y la tributarla.Confesó que sus contactos para iniciar la trama defraudadora comenzaron por la amistad que tenía con Luis Miguel Martínez Sahagún, que fue quien pensó en la posibilidad de vender alguna factura por el precio del IVA, es decir, el 12% del importe de la factura, y dividir a medias el beneficio. También confesó conocer al resto de los implicados.

En sus declaraciones ante el juez de Málaga, Bustos manifestó que entró en contacto con Martínez en 1987 y fue este el que pensó en la posibilidad de constituir una sociedad para vender facturas de IVA. Bustos añadió que en esa época empezó a vender facturas de su empresa, pero afirmó que abandonó estas actividades en 1988, coincidiendo con su traslado de Gijón a Málaga, y que desde entonces no ha vuelto a efectuar esas actividades.

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