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TRIBUNALES

Condenados 15 homosexuales británicos por participar en orgías sadomasoquistas

Quince homosexuales británicos, con edades entre los 24 y los 57 años, han sido condenados a penas de hasta cuatro años y medio de cárcel por participar en orgías sadomasoquistas y en actos de animalismo. El juez considera que los tribunales han de establecer límites a la libertad individual, aun entre adultos que consienten, cuando hay aberraciones que superan lo tolerable por una sociedad civilizada.

La sentencia se ha producido el mismo día en que el Gobierno anunció su propósito de controlar a los delincuentes sexuales una vez cumplida su sentencia.Los acusados, con edades que oscilaban entre los 24 y los 57 años y profesiones tan variadas como diseñador de misiles, abogado de un organismo internacional con protección diplomática parcial, predicador, granjero y bombero, habían creado un club de actividades sadomasoquistas que operaba en diversas partes del país. Las sesiones iban desde el simple castigo de inspiración colegial que producía moratones que desaparecían en cuestión de días a ejercicos próximos a la tortura sexual convencional pasando por relaciones de amo-esclavo, todo ello adobado con disfraces, máscaras y uniformes nazis.

En casa de algunos de los acusados se encontraron cámaras de torturas adecuadamente provistas de bancas y postes de azotamiento, cadenas y poleas para suspeder a personas del techo Uno de ellos vivía con su madre y, a falta de celda de castigo, disponía de un riquísimo material para ejercer su afición, actuaba con amo y esclavo y rodaba vídeos de las sesiones.

Mucho se ha dicho sobre la libertad individual y los derechos de la gente a hacer lo que quiera con su propio cuerpo, pero los tribunales han de trazar una línea entre lo que es tolerable y lo que no lo es en una sociedad civilizada", señaló ayer el juez James Rant al dictar sentencia. "En este caso, los actos caen en el lado que no debieran de la línea".

Voluntarios

El juez aceptó que todos los implicados habían participado voluntariamente, aunque ello no implicaba que las actividades fueran inofensivas, que no hubo intercambio de dinero por los servicios sexuales y que los vídeos rodados en las sesiones no tenían propósito comercial, pero aceptó la tesis del fiscal, quien dijo que no se trataba de "violar la letra y el espíritu" de la ley que permite la realización en privado de actos homosexuales entre adultos que consienten.El caso iba más allá de lo que la ley permite e implicaba "el infligir violenta y deliberadamente heridas y daño a seres humanos, con frecuencia hasta el límite de la tortura", según el fiscal, quien también señaló que se trataba de "bruta actividad homosexual en siniestras circunstancias completamente alejada del concepto de amor humano".

El juez, que tuvo que ver horas v horas de filmaciones sobre las Prácticas en cuestión, las condenó por -degradantes y viciosas-, y dijo que nadie aprobaría que "los hombres fueran libres de infligirse esta clase de cosas mutuamente.

La policía descubrió la red por casualidad y la defensa argumentó durante semanas que no hubo delito porque todos los implicados participaban por voluntad propia, ninguno había denunciado la red y los individuos tenían derecho a su vida privada. El caso carece de precedentes y se estima que los implicados recurrirán la sentencia,

El Gobierno británico, que ha dado a los jueces poderes para dictar condenas más fuertes contra los delincuentes sexuales, sigue "preocupado porque salen de la cárcel sin reformar", señaló ayer el subsecretario del Interior, John Patten.

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