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Los parientes pobres de Azca

Entre Infanta Mercedes y Cuatro Caminos, una zona de infravivienda subsiste con dificultad ante la especulación

A escasos metros de la Torre Picasso, rascacielos emblemático de la zona de oficinas que alquila su metro cuadrado a 5.000 pesetas, está un área pobre y mal urbanizada que sufre los bocados certeros de la especulación. Poblada fundamentalmente por casas bajas, llama la atención de la ciudad cada vez que un edificio se cae de viejo. Las grandes constructoras miran desde lo alto el lugar sobre cuyas calles estrechas se erguirá en el futuro una prolongación de los más lujosos lugares de trabajo. Son los parientes pobres de Azca.

Las calles de Dulcinea e Infanta Mercedes sirven de frontera al oeste para dividir el vértice pobre de la zona y se constituyen como bolsa de deterioro que llega hasta Cuatro Caminos. Está previsto que se abran calles hasta Cuatro Caminos que se parezcan más al trazado lógico de la zona rica adyacente que a la urbanización de aldea que se mantiene hasta el momento.A través de expropiaciones se va a llevar a cabo una transformación urbana, según explicó el portavoz de IU en el Ayuntamiento, Francisco Herrera. En uno de los extremos de la salchicha, la calle de Sor Ángela de la Cruz cruzará la de Bravo Murillo y llegará hasta la calle del Marqués de Viana.

150 familias a otra calle

Esta zona tendrá 26.000 metros cuadrados de edificabilidad para viviendas, ninguna de ellas de protección oficial, y 10.000 metros para oficinas y comercios. Realojar a las 150 familias que viven en esta zona costará 240 millones de pesetas.En el otro extremo, hacia el sur, la zona de Tiziano y Dulcinea tendrá un futuro similar. Posteriormente, otras constructoras podrán participar del reparto de "la bolsa de deterioro" número 19 de Madrid.

Los habitantes de esta zona serán realojados paulatinamente. Curiosamente, algunos de ellos llegaron hasta este barrio en los años cuarenta, cuando expropiaron la zona en la que ahora se alza el complejo de oficinas más filmado cuando se quiere dar una imagen de modernidad de la ciudad. El segundo realojamiento, 50 años después, se negocia con la Empresa Municipal de la Vivienda (EMV).

Para Francisco Herrera, de IU, "esta bolsa de deterioro es una operación más de las que bajo el pretexto de acabar con la infravivienda ha procedido a una expropiación con el único fin de sacar más suelo al mercado para que baje de precio". Sin embargo, este tipo de intenciones municipales para tratar de reducir los costes de suelo no suelen dar resultado, explica Herrera.

En la actualidad, las casitas de ladrillo -algunas sin teléfono, lavadora ni agua calientes- se mantienen a pesar de sus grietas al lado de viviendas de precio libre que alcanzan los 22 millones de pesetas. Estas viviendas que ahora parecen oasis de riqueza entre el descontrol urbanístico quedarán convertidas cuando la zona se reorganice, en las casas más humildes de una zona moderna.Arrasar a la poblaciónMientras tanto, los vecinos que viven en régimen de alquiler antiguo se quejan de que sus caseros no les arreglan nada: "Prefieren que la casa se quede en ruinas totales o se caiga y nos tengamos que marchar para vender los solares a los que se encargan de construir casas a unos precios de locos".

La picaresca también tiene un lugar entre los propietarios de estos terrenos que, situados cerca del estadio Santiago Bernabéu, el Palacio de Congresos y Exposiciones y la prestigiosa Castellana por su lado este, han duplicado y triplicado los precios de venta en horas.Para Francisco Herrera, las operaciones de este tipo son más de desarraigo que de rehabilitación urbana: "Arrasar a la población tradicional para que sea sustituida por otra de mayor poder adquisitivo en lugar de reorganizarlos en el mismo sitio no es una buena medida", explica el concejal de IU.

Estas semichabolas construidas en suelo de oro dejarán paso en breve a la maquinaria pesada que transformará su aspecto una vez que el Ayuntamiento concluya el reparto del terreno.

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