"Si UGT retira las actas falsas, Comisiones vence en las elecciones"
Pregunta. Las elecciones han acabado y empieza una dura batalla legal entre CC OO y UGT.Respuesta. Lo que debe empezar es una rigurosa tarea por dignificar la democracia sindical. La UGT sigue anclada en planteamientos del pasado, considera que la democracia directa de los trabajadores es una incomodidad, un sistema a eludir cuanto antes. Y CC OO está decidida a que la unidad pase también por la aceptación y consolidación del sistema representativo, con las modificaciones normativas que haga falta, en el cual la representatividad de los sindicatos dependa exclusivamente de la voluntad de los trabajadores y no de favores institucionales o fuerzas ajenas al movimiento sindical. Por último, es necesario erradicar una cultura que considera que la unidad sirve para el hegemonismo de unos y la supeditación de otros. La dirección de UGT ha alimentado una unidad dirigida a alcanzar la hegemonía aunque sea a través de delegados de papel, presentando un volumen de actas falsas que deja pálido el de 1986.
P. Las acusaciones que CC OO hizo en el 86 no prosperaron en impugnaciones y recursos.
R. Reconozco un error y es que en 1986, a los pocos meses de estar discutiendo acerca de estas prácticas, que llevaron a un agente electoral de UGT a la cárcel o a la presentación de un delegado muerto dos años antes, quisimos dar por superada la división. Eso, lejos de ser entendido como un gesto positivo, se ha entendido como una mayor confianza para cometer todavía más fraude. En esta ocasión vamos a hacer lo imposible para que nadie que haya cometido fraude quede impune.
P. ¿Comisiones Obreras no ha cometido fraude?
R. Comisiones no ha cometido fraude ni siquiera donde se podía haber hecho con absoluta impunidad.
P. La Unión General de Trabajadores asegura que se están cayendo más actas de Comisiones que de UGT.
R. Eso es radicalmente falso. Sí puede ocurrir que se intenten poner distintas varas para medir y por errores mínimos no se computen actas nuestras. Donde no hay trampa ni cartón CC OO gana las elecciones, como es en todas las empresas de más de 50 trabajadores, y aun ahí hay argucias de UGT para descomputar actas nuestras.
P. Redondo ha urgido al Gobierno a que publique los resultados de las elecciones ya mismo.
R. Estaríamos encantados de que los resultados se pudieran publicar rápidamente, pero está en la mano de Nicolás Redondo que así se haga: sencillamente por la vía de retirar todas las actas falsas que han metido, y las hay de una punta a otra del país.
P. Si se retiran esas actas, ¿Comisiones sería el ganador?
R. Con toda seguridad, si se retiran las actas falsas, CC OO gana las elecciones.
P. Es difícil entender esta batalla, dado que no hay nínguna ventaja en ser el primer sindicato y que está perjudicando al conjunto del movimiento sindical.
R. Lamentablemente así es, porque en Comisiones, que con limpieza electoral ganamos, no hemos considerado nunca que gane un sindicato contra otro. Es confundirlo todo. Éstas no son una elecciones políticas, estamos defendiendo a un colectivo que nos es común.
Problemas 'carrillistas'
P. Redondo dice que usted tiene problemas en el seno de CC OO y no sólo por parte de los carrillistas.
R. Yo no quisiera entablar una polémica con el compañero Nicolás Redondo a través de los medios de comunicación.
P. Pero si no se hablan.
R. Por eso he sugerido la conveniencia de hablar directamente, guardándose cada cual el amor propio en el bolsillo. En cuanto a esas apreciaciones, no son más que deseos de a1gunos de meternos el agua en casa. Harían mejor en cuidar su propia situación, que de mi casa ya me ocupo yo, y la unidad interna de CC OO hasta el momento está a prueba de bombas. Afortunadamente, este proceso ha servido para demostrar que cualquiera que tenga una opinión distinta a la dirección del sindicato el lugar donde la puede expresar sin temor a represalias es Comisiones.
P. Mal futuro le espera a la unidad de acción.
R. Yo apuesto por que el futuro de la unidad de acción sea todavía mejor. Va a tener ahora una prueba de fuego y sería una insensatez fragilizarla cuando tenemos un endurecimiento de la política económica y estamos en la recta final hacia el mercado único. Hay un ejemplo reciente, el haber ido por separado a negociar con el Gobierno el cumplimiento de los pactos sobre las pensiones. La unidad tiene que proyectarse a otros terrenos, como clarificar y dignificar la democracia sindical, pero no es admisible que nadie mezcle la defensa unitaria de un convenio con hacer la vista gorda sobre lo que ha ocurrido en las elecciones sindicales. Con la proclamación de los datos electorales, utilizando actas registradas, que, como ha reconocido una dirigente de UGT en Cádiz, pueden registrar lo que quieran, como actas cuadriplicadas, a quien están poniendo en evidencia es al propio Ministerio de Trabajo.
P. ¿Estos problemas se pueden resolver con una ley electoral correcta?
R. No. Cada vez que escucho a los dirigentes de UGT decir que la normativa es tercermundista y mala, no puedo por menos que pensar dos cosas: mi total acuerdo con esa apreciación, y me sorprende que quien comparte la paternidad de esa normativa, junto al Gobierno de 1986, no se haga una seria autocrítica. No basta sólo con reformar la normativa. Las leyes, por malas que sean, no obligan a nadie a hacer fraude. Y quiero advertir una cosa, cuando alguien roba un banco y se le pilla, tiene que devolver el dinero, pero no por eso desaparece el delito. Con las elecciones ocurre igual, y el hecho de que no computen los delegados fraudulentos registrados no significará que se olvide la práctica del fraude. En las generales, hasta que no se ha depurado la última impugnación no se proclaman resultados ni el presidente del Gobierno se somete al debate de investidura.
Recurso en los tribunales
P. ¿Van a llevar a los tribunales a UGT si se demuestra el fraude?
R. Nosotros hemos recurrido a los fiscales y una vez iniciada esa vía no depende de nosotros. Donde se demuestre un delito penal tendrán que atenerse a las consecuencias. Es un proceso muy lento, por eso sería conveniente que la Administración, que no ha puesto celo en combatir previamente el fraude, lo ponga ahora para clarificar rápidamente los resultados oficiales.
P. El Gobierno vuelve a hablar de un pacto de progreso. ¿Hay posibilidades de acuerdo?
R. Muy escasas. Con una política de ajuste previamente aprobada en Consejo de Ministros y en los Presupuestos Generales de 1991, pretender que se santifique con un pacto de progreso o de competitividad es plantear cosas incompatibles. Si el Gobierno acepta modificar algunos aspectos de su política económica, no descarto, sino que desearía acuerdos como los de enero, pero parece que el Gobierno está obsesionado en tina política monetarista y en conjurar la falta de competitividad haciendo lo mismo que desde 1983: abocarnos a una etapa de recesión en un país con la tasa de paro más alta de la OCDE.
P. ¿Su sindicato aceptaría moderación salarial si se controlan los beneficios empresariales?
R. No son dos variables que se pueden permutar. Por mucho que diga el señor Mariano Rubio, los salarlos no han tenido un crecimiento del 12% como han subido los beneficios empresariales. Nuestra política salarial es más moderada que la de alemanes y franceses, y los beneficios se pueden distribuir más justamente, mediante una ley de fondos de inversión para que se repartan entre excedente, empleo y mejora de la productividad.
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