Gorbachov responde a las críticas del 'aparato' económico
El presidente de la URSS, Mijaíl Gorbachov, salió ayer al paso de las duras críticas formuladas por numerosos directores de la industria estatal que, según la agencia Tass, calificaban de inconsistente la política económica de la dirección soviética. Gorbachov intervino en una reunión de más de 3.000 directores de empresas estatales celebrada en el Kremlin, en un agitado clima de rechazo y confusión ante el paso a la economía de mercado.
Los directores estaban "irritados ante la libertad económica que anhelaban hace poco, entendiéndola como libertad para sí mismos, pero no para los competidores", afirmaba la agencia Tass. Los directores, uno tras otro, atacaron la política económica del Gobierno, que, a su juicio, ha desintegrado el sistema de abastecimiento de la URSS. El director de una empresa ubicada en Estonia, de apellido Shepelevich, pidió un programa contra la crisis y advirtió que la oposición pretende desintegrar el país para tomar el poder aprovechándose de la "furia popular". En la misma longitud de onda que el grupo conservador Soluz (Unidad), Shepelevich pidió que se declarara el estado de emergencia económica en 1991 y que se formara un Comité de Salvación Nacional.El estado de ánimo expresado por los directores de las empresas estatales encuentra refuerzos en el frente ideológico conservador, que ha emprendido una nueva ofensiva. Ayer, el diario Soviétskaia Rossía, que representa las posiciones de los comurilstas rusos, daba un lugar destacado a las opiniones de Yuri Belov, un secretario del partido de Leningrado, que comparaba. a la oposición liberal con los nazis.
Belov acusaba a los líderes del rnovimiento Rusia Democrática de querer dar un golpe de Estado para acabar con el sistema soviético. "Exteriormente todo parece normal y todo se hace sin violencia y de acuerdo con la ley. Esto ya se dio en la política mundial", señalaba Belov, refiriéndose a la subida de Hitler al poder en 1933.
"El hambriento está dispuesto a todo. El bloque de las fuerzas anticomunistas (...) llama a las masas excitadas al golpe de Estado en los próximos meses", señalaba Bélov. "Se está produciendo una lucha por el poder. La democracia se utiliza para la implantación de un nuevo régimen totalitario" y "se han abierto las esclusas para los apologetas del modo de vida occidental", afirmaba Bélov. Éste proponía la creación de un nuevo bloque denominado Rusia Soviética que se contrapusiera a Rusia Democrática y pedía el fortalecimiento del PCUS.
El presidente de la URSS debe ser apoyado en sus "acciones decididas" para defender el "régimen constituciona" soviético, pero el PCUS no puede apoyar las decisiones presidenciales que no hayan sido debatidas en los plenos del Comité Central del PCUS, afirmaba. La responsabilidad de Gorbachov, en tanto que presidente de la URSS y secretarlo general del PCUS, es "demasiado grande".
En vísperas de un pleno del Comité Central del PCUS que comienza el próximo día 10 se han intensificado las voces para que Gorbachov renuncie a su puesto de secretario general del partido.
Tras una etapa de aproximación a los sectores liberales el pasado verano, Gorbachov ha vuelto a dirigir su atención hacia el partido y hacia la "clase obrera" mientras reforzaba su poder personal e inquietaba a los sectores liberales con decretos que ponen en cuestión a los organismos elegidos. Uno de estos decretos permite la creación de comités de control obrero que de hecho interfieren en las funciones de los sóviets locales y pueden tomar decisiones que en una democracia con separación de poderes corresponden al poder judicial. El aparato estatal y del PCUS no pierde tiempo para consolidar posiciones ante el paso al mercado y transformarse en la nueva élite económica, aprovechándose de su posición de ventaja actual.
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